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“Son hechos de gran importancia”, le dijo a punto biz el titular de la entidad Raúl Meroi. Según aprobó por unanimidad la asamblea, los productores podrán sumarse hasta completar el 20% del padrón de socios (unas 1.000 personas). Esta fue una decisión que el propio Meroi impulsó –incluso contra resistencias internas temerosas que chacareros le puedan copar la institución- para dar una señal concreta que quiere una Bolsa abierta, integrada, balanceada entre los sectores y dónde el corazón del sistema agrícola, que es el productor, tenga su debida representación.
 
La reforma de la Cámara Arbitral (le sacan el asiento a los semilleros, le suman dos más a exportadores-aceiteros y uno más al productor), en tanto, estuvo más discutida (por momentos con cruces picantes), pero igual se aprobó con una mayoría contundente. El cambio, con el que la Cámara asegura recuperar equilibrio entre las partes, finalmente se aprobó con 77 votos a favor, 5 abstenciones (tres votos de la firma Grimaldi Grassi y dos que representó el corredor Guillamet) y 1 en contra, que fue el semillerista, cuya voz cantante fue Jorge Quaranta.
 
Luego de que Meroi presentara el tema, el titular de la Cámara. Cristián Roberrti, explicó las razones del cambio. Quaranta objetó que él había comunicado verbalmente (“como caballeros, tal como se solían actuar en la Bolsa”) que la tarde de la votación en la Cámara de la reforma no podía asistir pidiendo pasarla al otro día, pero que igual hicieron la reunión sin su presencia (donde todos los asistentes la votaron a favor); a lo que Robertti insistió en que no se enteró por los canales debidos de ese pedido.
 
Pero también Quaranta objetó que la reforma genera un desbalance a favor de los compradores, ya que una sola entidad CIARA-CEC, que vota corporativamente, junta 8 votos, mientras que los vendedores para llegar a esa misma cantidad tienen que sumar los corredores (3), los acopiadores (3) y los productores (2), sectores que no actuan automáticamente en bloque.
 
La misma observación hizo el representante de la Sociedad Rural de Buenos Aires, Luis Giraudo, quien leyó una durísima carta del presidente de la SRA, Luis Miguel Echevere, fustigando los cambios por entender que, pese a la formalidad de quedar en igualdad de votos la compra y la venta, le deja el principal poder de decisión y de veto a los exportadores y aceiteros, que votan en bloque y de manera corporativa.
 
Giraudo también esbozo una molestia sobre el tratamiento express que tuvo el tema en el Consejo Directivo, a lo que Meroi respondió que los consejeros saben con antelación los temas a tratar y que las entidades adheridas, como CRA y Rural, si bien no tienen voto en el Consejo pueden mocionar, cosa que no hicieron al tratar el tema.
 
Otro cruce fue cuando Quaranta deslizó que había sido la propia Bolsa la que apuró los cambios para, según él, correr a los semilleros y darle más poder de fuego a los exportadores, pero Robertti lo negó asegurando que fue una reforma pedida por los sectores.
 
Finalmente, un dato que llamó la atención fue que pese a la amplia presencia de exportadores en la asamblea (unas 30 de las cerca de 80 asistentes) no apareció nadie de Vicentín, empresa cuyas figuras tallan mucho hoy en la Bolsa.