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Primero porque históricamente la Bolsa ratificó este tipo reformas. Además, este cambio llega con el decisivo aval de una elección en la que todos los sectores (menos el afectado) votaron a favor de retirar un sillón a los semilleros (por escasa actividad y por entender que habían dejado de operar como compradores) para darle un segundo al productor y dos más a los compradores.
 
 
“Así se recuperó el equilibrio perdido entre oferta y demanda”, dijo hace 15 días a punto biz el titular de la entidad, Cristián Roberti. Y esa lectura, que fue la mocionada por el sector comprador, no fue cuestionada por ningún sector. Todo lo contrario ya que, menos el afectado, el resto (productores, acopiadores, corredores, cooperativas) la votó positivamente.
 
 
Además todo indica que la de mañana será una reunión sin sobresaltos, ya que Ramón Devoto, el representante de los semilleros en el Consejo –y quien podría pedir sobre tabla que se vote otra moción- avisó que no asistirá argumentando que tiene otros compromisos ya que la reunión mensual se pasó de martes, como es lo habitual, a jueves.
 
 
Pero pese a que está todo consensuado, sigue habiendo muchos cabildeos, tanto en la Rural de Rosario (dónde hay directivos que no terminan de digerir la votación de su camarista) como en el Centro de Corredores (que el viernes pasado tuvo una reunión interna en la que se explicó porque los camaristas votaron a favor cuando la entidad había decidido inicialmente abstenerse).
 
 
Los cabildeos llegaron a la prensa porteña que se hizo eco de las voces que advierten que la reforma lejos de traer equilibrio genera un desbalance en favor del sector comprador (ya que CIARA-CEC, la entidad que reúne a exportadores y aceiteros, suma ella sola 8 lugar, obligando a todos los vendedores a tener que conseguir trabajosos acuerdos para igualarlos); y que el próximo paso será bajarle el porcentaje de inclusión de futuros en el cálculo de la Pizarra, una incorporación que fue a pedir de la oferta. 
 
 
¿Por qué tanto cabildeo si a la hora del debate en la Cámara no se pusieron estos temas sobre la mesa?  Falta de responsabilidad con el cargo de algunos, excesiva vocación de operar en las sombras de otros, y hasta la guerra de egos y arrastre de viejas internas sectoriales son hipótesis que pueden explicarlo. Pero tras la reunión en el Centro Corredores del viernes quedó flotando una duda que va al corazón del sistema: ¿Cuál es el verdadero margen que tiene un camarista de definirse en temas calientes en contra de lo que opina el sector más influyente sin temer una reprimenda comercial? Nadie –y esto hay que aclararon muy bien y con todas las letras- dijo que haya habido en la Cámara presiones de este estilo para ganar el voto,  pero ¿la necesidad del operador (y de la empresa que lo contrata) de sobrevivir en un mercado que se achica no es un limitante para el “leal saber y entender”? ¿Cuántos tienen la espalda para hacer frente a una hipotética reprimenda comercial?
 
 
Pero si se sigue esa línea de pensamiento se desemboca en la conclusión de la necesaria intervención del Estado. Y hay operadores que la están caminando, como quedó claro al CNV y Agricultura resolver hacer obligatoria la registración de todas las operaciones disponibles a partir de la próxima campaña.