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El celular le sonó a un alto ejecutivo de la semillera Don Mario el jueves por la tarde mientras estaba en el congreso de Aapresid. La comunicación venía de un par de Monsanto y traía un anuncio muy importante: la multinacional cambiarían la forma de cobrar la nueva super soja, la intacta RR2-Pro que promete más rendimiento y mejor control de plagas pero que no termina de seducir a los productores argentinos, precisamente, por el sistema de cobro que estableció.
 
 
Monsanto aprovechó la vidriera que supone el congreso anual de Aapresid, que este año tuvo récord de asistencia con más de 4.000 inscriptos, para tirar todo la carne al asador en busca de una mayor adopción de la nueva semilla para la propia campaña. Pero también le sirvió para sentir en vivo y en directo las razones de la reticencia de los productores a comprarlas,  dudas que ya le venían transmitiendo los semilleros que la venden (Don Mario, La Tijereta, ACA, Nidera, Asgrow, cada uno con su red de acopios externos asociados) al notar que la comercialización venía trabada.
 
 
En líneas generales, el productor que quiera la semilla tiene que firmar una licencia de uso con Monsanto hasta 2028 por la que se lo habilita a producir y comercializar la intacta a cambio de un “pago por contraprestación”. Ese canon (cuyo precio se pone una vez al año) se paga en función del tonelaje entregado, habiendo promociones para quien lo paga anticipadamente. El productor debe entregar el cargamento segregado  y también declarado en la carta de porte. Y quien recibe la carga le descuenta del precio lo que debe abonar de canon y el costo del test en caso de falta de declaración. El tema para la polémica es que ese canon es independiente del precio de compra de la semilla y de la regalía extendida que cobra el semillero por la variedad al vender la bolsa.
 
 
La licencia hasta el 2028 ya es un trago difícil de digerir para el productor como para luego sentir que paga dos veces por la semilla (en la bolsa y en la entrega). Fue así que Monsanto le transmitió a Don Mario que cambiará el esquema. ¿Cómo quedará? El productor podrá elegir entre dos opciones. La que ya está disponible y una nueva en la que pagará todo a la hora de adquirir la Bolsa. En rigor, con la primera Monsanto se asocia al productor ya que si no vende mucho volumen tampoco paga gran canon, mientras que en la segunda compra lo que le calculan por hectárea (50 kilos, a unos u$s 70 por dos bolsas de 25 kilos), por más que luego no le rinda, pero paga al principio y después no tiene que pagar más.
 
 
 
A primera vista, a menos entre quienes se enteraron el viernes en Aapresid del cambio, que todavía no se anunció oficialmente, puede servir para destrabar una comercialización que necesita más ritmo.