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Por Javier Blanco (LA NACION).- La presión sobre el dólar ahorro fue casi nula ayer, aunque no por un brote de confianza favorable al peso, sino porque el paro de los trabajadores bancarios frenó su demanda. La oportunidad fue aprovechada por el Banco Central (BCRA) para adquirirles a exportadores US$ 70 millones y realizar la mayor intervención de compra en la plaza cambiaria local posdefault selectivo.
La entidad aprovechó para reforzar su tenencia de reservas de cara a meses que se anticipan complicados para que pueda lograr el objetivo que hizo explícito su titular, Juan Carlos Fábrega, de cerrar el año con una tenencia en torno a US$ 28.000 millones. Después de todo, la temporada alta de liquidaciones sojeras ya languidece y, default selectivo mediante, el país seguramente volverá a tener problemas para captar dólares por el canal financiero, que volvería a ser deficitario.
 
Después de siete trimestres en terreno negativo, por imperio del cepo, el balance cambiario resultó superavitario en el segundo trimestre del año en curso en US$ 1170 millones, lo que contribuyó a la recuperación de las reservas.
 
Eso fue posible porque la cuenta capital y financiera cambiaria fue favorable en US$ 1013 millones (lo que implicó un giro positivo interanual por US$ 3700 millones) gracias a ingresos por US$ 1600 millones en concepto de colocaciones de deuda, la restitución de algunas líneas de financiamiento con el exterior de la banca local y los aportes de inversiones directas, orientadas básicamente a financiar inversiones en el sector petrolero.
 
Pero las previsiones de los analistas de aquí en más es que esos flujos volverán a quedar bloqueados por el default. "Las líneas de bancos locales con corresponsales del exterior suman US$ 1400 millones y, en este contexto, no serán renovadas a medida que vayan venciendo", apuntó el analista Nicolás Dujovne. Y es público que los planes que varias provincias y empresas tenían para fondearse en el exterior fueron archivados.
 
De allí el renovado cuadro de presión que se espera para las reservas.
 
Sabedor de esta perspectiva, el BCRA aprovechó ayer el aumento de 12% que mostraron las operaciones en la plaza cambiaria local (llegaron a US$ 200 millones), por mayor afluencia de exportadores, y la ausencia forzada de los ahorristas (venían comprando US$ 26 millones promedio por día y sólo lograron adquirir US$ 4 millones ayer) para comprar la cantidad mencionada y sumarles US$ 31 millones a las reservas, que finalizaron el día en US$ 29.955 millones, según las cifras preliminares difundidas anoche.
 
Claro que, para lograrlo, mantuvo además por tercer día consecutivo bloqueados los pagos de importaciones que juzga no esenciales. En los bancos -aseguran desde el BCRA-, por estos días sólo saldrán los pagos vinculados con las compras de energía al exterior. "Los demás deben hacer cola a menos que «se calcen con ingresos» o demuestren ser impostergables", explican.
 
La preocupación oficial por la renovada tentación de pasar al dólar quedó a la vista ayer cuando la presidenta Cristina Kirchner aprovechó el acto en que anunció medidas para instar a "consumir y vender". "El que crea que va a salvar su trabajo comprando dólares o guardando su plata para no consumir lo más seguro es que lo vaya perdiendo", dijo razonablemente, aunque contradiciendo la estrategia que la llevó a ser una persona de fortuna..