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Pero, sobre todo, Héctor Néstor Niell fue un gran hombre, esposo, padre y abuelo. Anteayer, en esta ciudad, murió como consecuencia de una cruel enfermedad, pero su legado estará siempre presente en los corrillos granarios.
 
Nacido el 11 de febrero de 1945 en Bragado, vivió su infancia en esa localidad del centro de la provincia de Buenos Aires, donde su familia paterna tenía un pequeño campo y donde él mismo se dedicó a la producción agropecuaria.
 
Los claustros lo vieron en la Universidad Nacional de La Plata, en la que se graduó de contador público nacional, para luego pasar a ser un profesional clave para los productores agropecuarios y los mercados granarios.
 
VASTA TRAYECTORIA
 
Durante el gobierno de Raúl Alfonsín se desempeñó como director y presidente de la disuelta Junta Nacional de Granos (JNG), en la que, quienes lo recuerdan, tuvo un valioso desempeño en el negocio exportador. Ocupó también la vicepresidencia primera de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
 
En la actividad pública, se desempeñó como asesor, en dos oportunidades, del ex secretario de Agricultura de la Nación Marcelo Regúnaga: primero durante la presidencia de Carlos Menem y después en la gestión de Fernando de la Rúa.
 
Su tarea fue muy valorada por Regúnaga por el aporte que hizo para cristalizar todas las reformas que éste propició para el desarrollo del mercado de futuros de granos, que prácticamente no existían.
 
En la actividad privada fue cofundador de la firma Nóvitas SA, empresa importante en el asesoramiento técnico. También creó y presidió la corredora de granos Intagro SA, que presidió hasta su muerte, al tiempo que se desempeñó como síndico del Mercado a Término de Buenos Aires. Fue además profesor universitario y autor de numerosos trabajos.
 
Héctor Néstor Niell, que tuvo cuatro hijos (Sebastián, Guadalupe, Lisandro y Nicolás) y diez nietos, descansa desde ayer en el cementerio Jardín de Paz..