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El chaqueño obtuvo hasta las 10 de hoy, un cuarto intermedio en la negociación con la Confederal General de Trabajadores regional San Lorenzo y así quedó suspendida una medida de fuerza en un momento en donde los puertos –por los que sale el 80% de las exportaciones granarias– se encuentran en alta temporada de embarque.
 
La CGT San Lorenzo había anticipado que el primer minuto de hoy se iba a lanzar un paro por 48 horas en las terminales de la zona “con motivo del padecimiento de los compañeros afiliados al SUPA del puerto San Martín, Timbúes, Bella Vista y Puerto Gaboto –donde se concentran las terminales portuarias de las grandes cerealeras privadas– y de los marineros dependientes de la firma Cintra y las “prácticas desleales desplegadas por empresas aceiteras contra los miembros de la Comisión Directiva y afiliados al Sindicato de Supervisores y Técnicos de la Industria Aceitera y Biodiesel”.
 
A partir de eso, y luego de que el miércoles la CGT San Lorenzo cortó la autopista Rosario- Santa Fe, el jefe de ministros volverá a tomar el reclamo de los gremios y mediará con la Cámara de Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) para destrabar el conflicto.
 
Asimismo, queda pendiente de solución el otro conflicto de las terminales de la zona que lleva adelante la Unión de Recibidores de Granos y Afines de la República Argentina (Urgara) que durante el miércoles no dejaron cargar ningún buque cerealero en los puertos santafesinos ni en Quequén y Bahía Blanca en la provincia de Buenos Aires.
 
Urgara había anunciado un nuevo paro de 48 horas que quedó stand by luego de una reunión en el Ministerio de Trabajo con el Centro de Exportadores de Cereales y la Cámara de Puertos Privados.
 
Según publicó El Cronista, el plazo acordado entre las partes para encontrar una solución es el de cinco días hábiles, que concluye el jueves próximo.
 
Urgara cuenta con 7000 afiliados y un altísimo poder de fuego a la hora de parar los embarques, ya que son los encargados de verificar la calidad de los granos. El conflicto surge porque el sindicato pide una recomposición del 45% y porque, según dicen, algunos dueños de las terminales no cumplen el convenio en relación con la actividad que desarrollan quienes controlan la mercadería que se embarca, no dejándolos trabajar.