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Un productor agrícola mediano puede aspirar a obtener un “sueldo” –como producto de su trabajo– de unos 29.000 pesos mensuales en el ciclo 2014/15. Eso si todo va bien (es decir: si los rindes promedio proyectados coinciden con los efectivamente cosechados).
 
Una cifra del orden de 29.000 pesos, no sólo no permite contar con “caja” propia para financiar la próxima campaña, sino que apenas alcanza para mantener una familia en el actual contexto inflacionario (en el último año la inflación minorista fue del 44,0% según el IPC San Luis). El dato es que ese “sueldo” es tan bajo debido a una presión fiscal del orden del 90%.
 
La consultora Globaltecnos elaboró un margen proyectado 2014/15 para una empresa unipersonal de 650 hectáreas (25% propias y resto arrendadas a 9,50 qq/ha de soja) localizada en la zona de influencia de Río Cuarto, Villa María o La Carlota. El 60% del área se sembrará con soja, mientras que el 25% corresponde a maíz y el monto restante a trigo, cebada y sorgo.
 
Al considerar los costos actuales y los precios a cosecha esperados –según las cotizaciones 2014/15 presentes en el Matba– se obtienen márgenes brutos esperados razonables (especialmente en el planteo de trigo/soja de segunda).
 
“Pero cuando a los márgenes brutos se le agregan los demás gastos, como arrendamientos, gastos de administración y estructura, impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales, financiamiento y demás, los resultados son prácticamente nulos”, indica el informe de Globaltecnos.
 
El productor del caso analizado generará un ingreso bruto esperado de 8253 $/ha. Pero luego de pagar agroinsumos, salarios, fletes, arrendamiento, impuesto a las Ganancias y un largo etcétera, le quedarán limpios 536 $/ha, los cuales, con una escala de 650 hectáreas, equivalen a un “sueldo” de unos 29.000 pesos mensuales.
 
El trabajo del productor –si el clima acompaña– permitirá generar recursos tributarios totales por 4890 $/ha, los cuales, en su mayor parte, corresponden a los derechos de exportación (4146 $/ha) cobrados por el gobierno nacional. Los tributos provinciales y municipales apenas suman 168 $/ha.
 
En definitiva: un productor mediano le da de comer a muchísimas personas y aporta recursos tributarios significativos. Pero en los hechos puede llegar a tener –si todo va bien– un ingreso bajísimo con respecto al valor agregado generado. Y al no disponer de capacidad de ahorro tiene que recurrir obligatoriamente al financiamiento para seguir produciendo el año entrante.