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En materia de malezas, el consultor Alberto Bianchi señaló que  “creció y se dispersó el área afectada, y estamos hablando de millones de hectáreas, además hay más tipos de malezas y que afectan en mayor intensidad”.
 
El ingeniero enumeró las malezas de rama negra, que va por las 10 M de hectáreas y el yuyo colorado, que llegó a 1 M de hectáreas. “El problema ni siquiera está estabilizado y hasta se están detectando que hay malezas que resisten a más de dos tipos de herbicidas, por ejemplo tolerante a glifosato y a ALS”, cuenta.
 
El consultor responsabiliza al aumento de malezas por el uso repetido de un herbicida, como es el glifosato aplicado varias veces por años. “La maleza que se escapa se transforma en resistente”, advierte. Y cree que las nuevas semillas RR “serán una herramienta más para combatir malezas”, peo no cree que sean la solución.
 
Por el lado de las enfermedades, disertó Norma Formento, del INTA Paraná, quien dijo que aparecieron muchas enfermedades “porque hubo problemas de microorganismos de suelos que se activan por condiciones ambientales no adecuadas para el cultivo que hubo en tiempos de implantación”.

Las enfermedades más detectadas fue mancha marrón, muerte súbita y roya asiática. La de mancha ojo de rana apareció, pero de baja incidencia. “Es una campaña moderada con respecto a las enfermedades. Faltaron unos 300 mm para que sean explosivas”, agregó.

Finalmente, para prevenir enfermedades, la especialista pidió a los productores que “conozcan el perfil sanitario de las variedades de soja y que cuando se siembra soja conocer qué problemas sanitarios importantes tuve en el lote para utilizar variedad que tengan mejor comportamiento frente a esas enfermedad”.