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Para el titular de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, con sus anuncios del lunes Cristina “le acaba de firmar el certificado de defunción al trigo”. La frase es una clara exageración, pero muestra el estado de ánimo que se apoderó de los productores luego de que se conociera una mínima devolución de las retenciones (apenas 5 dólares por hectárea sembrada, cuando el gobierno recauda por retenciones más de 200 dólares), la liberación de solo 500.000 toneladas para la exportación (cuando habría un excedente de casi 2 millones), y la ratificación del sistema de ROE (permisos de exportación).
 
La Presidenta había olvidado referirse a este último anuncio. Pero a las horas lo comunicó a través de Twitter. Lo presentó como “un nuevo sistema para el otorgamiento de ROE” que se podrá seguir a través de Internet. Lejos de calmar al sector rural, el asunto lo preocupó todavía más, porque según Cristina “el volumen (de saldo exportable) se determinará en mayo de cada año y tendrá revisiones trimestrales”. Sabido es que el cereal se cosecha entre diciembre y enero. Es decir que podrían pasar varios meses antes de saber con certeza los volúmenes que serán autorizados para exportar.
 
“El mundo necesita trigo y Argentina lo puede exportar. La oportunidad es enorme”, se lamentó el PRO. Jaime Linares, del FAP, coincidió: “La Presidenta insiste con medidas que llevaron al fracaso la producción de trigo”. También los políticos de la oposición compartieron la desilusión de los ruralistas frente a los magros anuncios.