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Al final, el Gobierno optó por el "yuyo"
Por ese riesgo político que significaba invertir en ganadería, trigo o leche, que también tuvieron intervenciones y restricciones, muchos productores se volcaron a la soja, el producto sobre el que el Gobierno no fijó restricciones para su comercio como al resto, aunque sí una elevada presión impositiva. En noviembre de 2007, Néstor Kirchner, que temía que su esposa, Cristina Kirchner, tuviera problemas fiscales en su primer mandato, aumentó los derechos de exportación de la soja de 27,5 a 35% cuando el cultivo ya estaba sembrado. Cuatro meses después, la Presidenta, a instancias del entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, que quiso frenar a Guillermo Moreno, impulsó las retenciones móviles, que en rigor capturaban para el Estado cualquier eventual aumento de precio. Los chacareros entendieron que eso destruía la única actividad que parecía tener un horizonte de rentabilidad y por eso se rebelaron.
Como el 95% de la producción de soja tiene como destino el mercado externo -en forma de harina, aceite, biodiésel y poroto-, el Gobierno dejó que el comercio de la oleaginosa siguiera su curso porque también necesitaba los cuantiosos ingresos fiscales que le proporcionaba.
Aun con el 35% de retenciones, la soja tuvo rentabilidad por los muy buenos precios internacionales, sostenidos por la demanda china. Ahora, la presión impositiva y la inflación ponen en rojo los números de la soja en algunos campos que están alejados de los puertos o en esquemas de arrendamientos.
Pero no todos los productores que dejaron de invertir en lechería o trigo se volcaron a la soja. Muchos, como los pequeños tamberos, directamente vendieron sus vacas y cerraron sus establecimientos.
Al final, ni las retenciones elevadas ni las restricciones al comercio sirvieron para que la "mesa de los argentinos" estuviera cuidada, tal como lo comprueba cualquier consumidor. En vano, los dirigentes rurales procuraron explicarle al Gobierno que sin prohibiciones ni trabas el campo podía abastecer al mercado interno y satisfacer la demanda externa. Ahora los productores esperan otras señales..
“La baja de los precios internacionales de los granos y la actualización de costos nos colocan en una zona roja de la cual debemos salir de manera inmediata”, dijo el titular de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara.
El pasado miércoles 16, el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Javier Alonso participó de una reunión de la Mesa de Trabajo para la Seguridad Rural con representantes de diferentes entidades que nucléan a los productores rurales, con el objetivo de coordinar acciones para prevenir los delitos en las zonas rurales de la Provincia de Buenos Aires.
Lo resolvió la presidenta del directorio de gestión y funcionaria cercana al gobernador Axel Kicillof, Jimena López; se seguirá en el trabajo de una próxima licitación; había incertidumbre sobre la continuidad luego que trascendiera un supuesto interés del gobierno provincial de controlar un 30% de la operatoria. LA NACION - 26/09/2024
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