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En lo que va del presente año el sector agroindustrial está pagando la cuenta del déficit energético. La buena noticia es que –con las políticas adecuadas– el campo puede generar una reducción sustancial de ese déficit.
Por este motivo funcionarios de la Secretaría de Energía está evaluando elevar el corte mínimo de etanol con nafta del actual 5% al 10%. El modelo por seguir es Brasil: allí el corte es del 25%.
El hecho es que representantes de las terminales automotrices están haciendo lobby para que el corte con etanol quede clavado en el 5% (algo similar ocurre con el corte de biodiesel con gasoil).
Eso porque las compañías que integran la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) homologaron, para el otorgamiento de garantías, la norma EN 228 de la Unión Europea, la cual establece un máximo de mezcla del 5,0% de etanol con nafta.
La primera ironía es que el lobby de Adefa se presenta en un momento en el cual las importaciones de combustibles están consumiendo una cantidad creciente de divisas (necesarias más que nunca para recomponer la estabilidad cambiaria).
La segunda ironía es que las empresas automotrices –filiales de compañías internacionales– registran un déficit cambiario crónico (que en el primer trimestre de este año ya superó los 1300 millones de dólares) que sólo puede ser compensado gracias a los dólares aportados por la agroindustria.
A pesar de eso, la posición de Adefa está siendo respaldada por un sector del gobierno –integrado por Débora Giorgi, Guillermo Moreno y Axel Kicillof– que tiene actualmente un mayor peso específico en la determinación de las decisiones de política económica.
 
Foto: Valorsoja.com