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Por Matías Longoni

“El gobierno nacional nos obliga a pasar de las propuestas a las protestas”. Así comienza el comunicado con el que la Mesa de Enlace anunció ayer que realizará un nuevo paro, que interrumpirá los negocios con ganado y granos durante cinco días, entre el próximo sábado 15 y el miércoles 19.
 
Para no afectar a los consumidores, la medida de fuerza terminó siendo más suave y corta de lo que se anunciaba y, como en anteriores ocasiones, no afectará la venta de productos perecederos como las frutas y la leche.
 
Repitiendo viejas postales ayer lo lanzaron los dirigentes de las cuatro gremiales del campo: Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural), Rubén Ferrero (CRA), Carlos Garetto (Coninagro) y Julio Currás (Federación Agraria), en representación de Eduardo Buzzi, quien quedó varado por la neblina en Río Negro. Había sido éste último quien anunció el fin de semana la realización de un paro “de al menos una semana”. Finalmente sus pares señalaron que la medida será de cinco días, y tres de ellos hábiles. El jueves y viernes de la semana próxima son feriados nacionales, y los mercados se mantendrán paralizados.
 
Habrá concentraciones al lado de la ruta pero no habrá cortes.
 
El documento con el que la Mesa de Enlace justificó su nueva protesta contra Cristina Kirchner describe una difícil situación económica en el principal sector productivo del país. Y utiliza tonos duros cuando habla de la relación política entre el Gobierno. Por caso, denuncia que “hemos observado un irrespetuoso silencio como respuesta a los innumerables pedidos de audiencia a la Presidenta”. Y agrega: “No queremos confrontar, pero no tenemos más remedio que actuar ante tanto daño incomprensible que por momentos suena a venganza ”.
 
Detrás de estas palabras hay una realidad innegable: desde el Ejecutivo desconocen la representatividad de las cuatro entidades, a las que se intenta dividir y fracturar con todo tipo de recursos. El ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, solo recibió a este grupo de dirigentes en enero de 2012, y nunca cumplió con su promesa de convocar a una “mesa política” para discutir los planteos del sector. A la cabeza de los reclamos aparecen la reducción de las retenciones y la eliminación de los ROE, los permisos de exportación que maneja a su antojo Guillermo Moreno.
 
Pese al destrato a los que los someten las autoridades, y a la dureza que muchas veces le reclaman sus propias bases, los ruralistas vienen actuando con mucha prudencia.
 
Entre las razones, la contienda electoral de los próximos meses. “Esta no es una medida conspirativa ni golpista. Hace más de un año y medio que vimos por primera y única vez al ministro de Agricultura”, dijo Etchevehere.

Foto. Emmanuel Fernandez