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En efecto, luego del traspié de la cosecha que termina éste grupo de empresas se juntó a principio de año con miras a armar una entidad que los represente, ya que no se sentían contenidas ni en ASA, que reúne a los semilleros obtentores y criadores, ni en Casem, que sí reúne a los multiplicadores pero que se mueve al compás de los intereses de los más pequeños actores.
 
Pero luego de concluir que podían quedar atrapados en la burocracia de la creación de una nueva entidad, prefirieron unificar un discurso y una estrategia de acción para que cada uno la milite en la entidad de la que participa. Pero además, como para tener centro de encuentro, conformaron una “comisión de semillas” dentro de la Federación de Distribuidores de Insumos Agropecuarios en la que sí están todos y desde la que buscarán generar un marco de opinión entre los productores que sea fértil para no repetir los quebrantos en la próxima campaña.
 
Entre ellos están, Azul Semillas (Tucumán), San Diego, Rindes y Cultivos, Areco, Gear y Jorge Casal (todos de Buenos Aires), Agrosudeste (Córdoba), Pedayo, Fedea, Lartirigoyen (La Pampa), y Arequito y Manantiales Agropecuaria (Santa Fe). 
 
Este grupo fue el que negocio activamente con Monsanto para que se cambie el esquema de comercialización por otro más amigable con los usos y costumbres del agro (sin que se aflojen los controles para la defensa de la propiedad intelectual), ya que al estar en el frente de batalla fue el que más sintió el rechazo de los productores de la zona núcleo. Y ahora que Monsanto volvió a cambiar el esquema (hace clic acá para ver cómo quedó), los multiplicadores avalaron esos cambios, unificaron un discurso y una estrategia de posicionamiento y están saliendo otra vez al contacto con los productores con mejores expectativas que en las campañas previas.
 
Un punto importante que este grupo está negociando es que sus proveedores (obtentores) les vendan la semilla original con una regalía más barata que la regalía extendida (que es la que le cobran al productor por uso propio) así el precio que tienen es competitivo frente al a bolsa blanca, que no paga nada porque se mueve en márgenes ilegales. Según sostienen, si el productor tiene un costo mayor por el uso propio a partir del canon y el precio de la fiscalizada es competitivo, lo más probable es que se vuelque a adquirir semilla fiscalizada.
 
En apretada síntesis, el negocio semillero tiene tres eslabones. Uno es el de los obtentores de la innovación biogenética, como son los gigantes  Monsanto, Syngenta, etc.  Luego están los criadores, que son los semilleros que sobre las innovaciones arman sus propias variedades, como Don Mario, Aca, Nidera, etc. Y luego están los semilleros multiplicadores que, precisamente, multiplican las variedades y las venden en sus zonas. En ese grupo hay tanto empresas chicas como grandes (en su mayoría vinculadas a acopios importantes). Para la RR2, Monsanto trabajó con los criadores de Don Mario, ACA, Nidera, La Tijereta, Asgrow, LDC, Syngenta, Sursem, Estación Obispo Colombres y Horus Semillas.