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Esto muestra un escenario absolutamente opuesto al mes de febrero del año pasado donde el patrón de desecamiento se profundizaba. Actualmente los suelos colapsan de humedad hasta el punto del anegamiento en áreas bajas y persiste la alerta de nuevas lluvias en la región. En febrero del 2013, cuando la escasez hídrica era el eje del problema hubo impacto y posterior caída de la producción nacional de soja.
Los paupérrimos acumulados de lluvias de febrero del 2013 y las elevadas temperaturas produjeron un detrimento muy importante de las reservas hídricas, y muchas zonas presentan un principio de sequía. Ante éste balance hídrico altamente negativo, hubo pérdidas de plantas de soja y a ello se sumaba una importante presión de plagas. El antagonismo de aquella situación se observa en la comparación de las imágenes de las reservas de humedad de suelo para una pradera permanente.
El extraordinario acumulado semanal medido en la franja que se extiende desde el sur de Santa Fe hasta el margen este del norte bonaerense llegó hasta los 400 mm en tan solo siete días. Esto produjo un colapso de las vías de comunicación; los caminos son intransitables y es imposible saber qué dejará el paso del agua. Considerando los requerimientos de oxígeno hasta el metro de profundidad para la normal actividad biológica de los cultivos, si se prolongan estás condiciones de saturación hídrica del suelo puede haber severos problemas en los cultivos de esta amplia zona afectada.
El frente frío está firmemente consolidado sobre la región centro, no presenta signos de posibles desplazamientos y se ha transformado en un sistema estacionario. Está provocando precipitaciones continuas con algunas mejoras temporales, pero en general con lluvias y tormentas de variada intensidad que se mantendrían durante la semana entrante.
 
Foto: Martín G. Alzaga