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Un informe de CARTEZ señala que “de cada U$S 100 que ingresaron al país en los últimos cinco años por el cultivo de la soja, U$S 51,50 se los llevó el Gobierno, U$S 35,20 fueron para pagar los costos, U$S 10,90 quedaron para el dueño del campo y tan solo U$S 2,40 para el arrendatario”.

"El Estado fue siempre el que más recaudó en el negocio del cultivo de la soja, nunca bajó de los 500 U$S/Ha y en dos campañas superó los 700 U$S/Ha", en tanto que "de cada U$S 100 que ingresó al país por el cultivo de la soja U$S 51,50 se los quedó el Estado, U$S 35,20 fueron para pagar costos y a la producción – arrendatario más dueño del campo - le quedaron U$S 13,30", explica el análisis.

El estudio, elaborado por el presidente de la entidad, Néstor Roulet, calcula la participación de los distintos actores en el negocio de la soja durante las últimas cinco campañas en campos alquilados de un promedio de 12qq/Ha, separando los márgenes finales del arrendatario y propietario de la tierra. De esta forma, se obtuvo un promedio que refleja cómo se maneja el cultivo de la oleaginosa en la Argentina.

Para conocer el margen final del arrendatario, a los precios percibidos en las distintas campañas se aplicó el rendimiento promedio y, luego, se le restaron los costos, reflejando en la campaña 2007/2008 un valor de 153,37 U$S/Ha, en el ciclo 2008/2009 un total de -18,08 U$S/Ha; en 2009/2010, 4,81 U$S/Ha; en 2010/2011, 75,23 U$S/Ha y en 2011/2012 se obtuvo un ingreso de - 60 U$S/Ha.

En cuanto al ingreso final del dueño del campo, al alquiler se le descontaron los impuestos provinciales (Inmobiliario, tasas, sellos e Ingresos Brutos del contrato) y nacionales (Bienes personales, de débitos y créditos bancarios y Ganancias) más el costo de infraestructura, obteniendo lo que finalmente le queda al propietario de la tierra: 158,66 U$S/Ha en 2007/08; 128,18 U$S/Ha en 2008/09; 89,45 U$S/Ha en 2009/10; 158,99 U$S/Ha en 2010/11 y 164,02 U$S/Ha en 2011/12.

Paralelamente, se calculó la participación en el negocio del cultivo de la soja sumando los impuestos provinciales y nacionales que desembolsan tanto el arrendatario como el propietario del campo, resultando así el ingreso del Estado en las distintas campañas. De la misma manera, la suma de los costos directos e indirectos del arrendatario y el costo de infraestructura del propietario mostró la incidencia de los costos en el resultado final. El Estado marcó una participación del 51,5 %, los costos marcaron un 35,2 %, los ingresos del arrendatario reflejaron un 2.4 % y los del propietario del campo un 10,9 %.

Finalmente, Roulet se ocupó de analizar la recaudación del Estado Nacional en las últimas 5 campañas y, con el valor del ingreso por hectárea en retenciones, de U$S 39.890.572.746, más otros impuestos, que alcanzaron los U$S 13.958.468.590, sobre la base de las hectáreas cosechadas por campaña, calculó que se logró un total de U$S 53.849.041.336.

"El total de lo recaudado por el Estado por hectárea cosechada en las últimas cinco campañas fueron U$S 3.293, prácticamente dos veces y media más que el Ingreso Bruto que tuvo el cultivo en la campaña 2011/12 (1.320 U$S/Ha)", señaló la entidad, e indicó que "los costos tuvieron un aumento paulatino en dólares", de modo que "el aumento en las cinco campañas fue del 47 %".

Para Roulet, el arrendatario es el actor que más arriesga y el que menos participación tiene en el negocio, "ya que solo le quedaron 31 U$S/Ha".

Fotos: Martin G. Alzaga