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Mayores costos por la inflación y una consecuente pérdida de competitividad en el exterior generan que, por primera vez después de más de una década de crecimiento, la industria argentina del vino esté experimentando en 2012 síntomas de contracción, aseguraron bodegueros del país.

Los productores más optimistas dijeron que el sector ingresó en una meseta y los más pesimistas no dudaron en asegurar que la industria está registrando una caída luego de 12 años de expansión, aunque unos y otros coincidieron en que la suba del precio de los insumos en el mercado local pone en jaque a las bodegas.

En un relevamiento efectuado por Noticias Argentinas, pequeños y grandes actores de la industria se unieron además para fustigar la decisión del Gobierno de forzar a los exportadores de vinos a liquidar divisas en un lapso de 90 días, una decisión que amenaza con restringir las ventas e incluso perder mercados, según dijeron.

Días atrás, a fines del mes pasado, la presidenta Cristina Kirchner encabezó una recepción de gala en la histórica bodega mendocina Escorihuela Gascón, donde agasajó a sus colegas regionales en ocasión de la Cumbre del Mercosur e incluso mencionó que allí se producían los vinos preferidos de Juan Domingo Perón y Eva Perón.

Sin embargo, más allá de la visita de Cristina al emblemático edificio de Godoy Cruz y del recuerdo de los fundadores del movimiento peronista, la industria del vino en la Argentina "no está exenta" a la realidad del país y en 2012, "después de 12 años de crecimiento, por primera vez está cayendo", aseguró Cristóbal Lapania, director de bodegas Don Cristóbal.

Lapania afirmó que su establecimiento -ubicado en Luján de Cuyo- busca mantener "estable" la producción pese a esta coyuntura, aunque remarcó que "Argentina es un país impredecible" y agregó: "Estamos en un contexto muy difícil, porque no hay reglas claras, todos los días cambia todo y al no haber previsibilidad, es muy difícil llevar adelante un negocio".

En este contexto, el ejecutivo sostuvo que uno de los principales enemigos de la industria es la suba del precio de los insumos y de los costos internos: "Un país con inflación no va a ningún lado, va a la pobreza", remarcó.

También cuestionó la intervención estatal en la industria y dijo que los productores, en lugar de enfocarse en vender sus vinos, están "más preocupados por las restricciones y las trabas que impone el Gobierno".

"En estos momentos, el mercado mundial nos pide descuentos, pero nosotros tenemos que acotar a 90 días nuestros plazos de venta (...) Estamos buscando la manera de seguir adelante. Cada vez tenemos menos rentabilidad, pero no queremos perder mercados que nos costaron mucho conseguir", aseveró.

"Una vez que desapareciste de la góndola, es muy difícil volver", dijo Lapania, que planteó que "el vino argentino dejó de ser barato, por la inflación y por la competencia en el exterior. Por eso, están cayendo los volúmenes de exportación y el vino (nacional) en botella dejó de ser competitivo" fronteras hacia afuera.

Por su parte, el enólogo y presidente de bodega boutique Chayee Bourras, José Pedro Gómez, indicó que "la producción este año ha caído entre un 15 y un 20 por ciento, debido a diversos fenómenos climáticos" y sostuvo que "el mercado interno está entrando en una meseta" en su crecimiento por vez en al menos una década, según estimó.

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Políticas oficiales, en la mira.

Gómez dijo que "se acabó" el ciclo de expansión de dos dígitos para la industria, tanto en el consumo en Argentina como en las ventas, y comentó que "los vinos básicos han perdido terreno en manos de la cerveza", mientras que los "de media y alta gama, que venían con una expansión moderada, con suerte prevén un crecimiento del 1 por ciento" para 2012.

Además, cargó contra el Gobierno, al manifestarse "total y rotundamente en contra" de la decisión oficial de forzar a grandes importadores a exportar, por ejemplo, vinos para habilitar de ese modo el ingreso de productos desde el exterior.

"Es absolutamente una medida coyuntural que no beneficia a un plan de desarrollo estratégico de exportaciones en el largo plazo", enfatizó.

"Los negocios que plantean algunos importadores es llenar contenedores de vino a muy bajo precio, sin importar su calidad con destino China o algún país asiático y ahí no hay calidad, no hay sustentabilidad y sobre todo no hay constancia. Más que ayudar, va en detrimento de la imagen del vino argentino", agregó el ejecutivo de la pequeña bodega ubicada en San Rafael, Mendoza.

A su turno, Hugo Martino, presidente de Fincas Don Martino, dijo que "la Argentina, por sus costos internos, ha dejado de competir en una franja de precios donde se mueve el 70 por ciento de los vinos del mundo".

Los vinos nacionales "hoy están en la franja de precios que está un escalón más arriba, con una pérdida en la rentabilidad inclusive en esos precios superiores al 50 por ciento, lo que ha puesto en aprietos a la mayoría de las compañías del sector", advirtió Martino.

"A eso se le suman las distintas crisis internacionales, donde nos encontramos con un mercado de consumo americano mucho más cauto y productores europeos con una agresividad inédita en sus precios", agregó el ejecutivo de Don Martino, una bodega radicada también en Luján de Cuyo, Mendoza.

En este marco, consideró que "la obligación de tener que liquidar divisas en 90 días es pan para hoy y hambre para mañana para el Gobierno; para los importadores (de otros países) es como pagar al contado y en esos términos ya lo han manifestado: dejarían de llevar vino argentino y sería reemplazado por otros productores".

"Es tirar por la borda 20 años de muy buen trabajo de la industria vitivinícola argentina en distintos mercados del mundo, por una cuestión coyuntural de caja", alertó.

Por último, tanto Lapania como Gómez y Martino destacaron la importancia de participar en ferias y exposiciones internacionales en busca de estrechar vínculos con los consumidores y potenciar la actividad comercial: en Argentina, del 12 al 15 de septiembre próximo se realizará la duodécima edición de "Vinos y Bodegas", en La Rural de Palermo.

Foto: Martin G. Alzaga