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Un grupo de transportistas del sur bonaerense quiere que todos los productores y acopios de la zona paguen las tarifas indicativas establecidas en la disposición 37/12 de la Secretaría de Transporte. Pero para lograr su objetivo decidieron recurrir a metodologías intimidatorias.

Por ejemplo: el pasado 8 de junio un grupo de integrantes de la Asociación de Transportistas de Cereales y Afines por sus Derechos (Atcade) se manifestaron frente a la sede que el Centro de Acopiadores de Cereales tiene en Quequén. Prendieron fuego algunas gomas. Tiraron petardos y huevos contra la fachada del edificio. Y no dejaron salir del mismo a tres empleados de la entidad (se hizo la denuncia correspondiente por privación ilegítima de la libertad). Luego se trasladaron a las rotondas de las rutas 227 y 88 para bloquear el ingreso de camiones a la terminal de Quequén.

Las protestas intimidatorias de los transportistas nucleados en Atcade no son gratuitas: las empresas exportadoras que operan en las terminales de Quequén y Bahía Blanca comenzaron a instrumentar un descuento creciente en los precios pagados por la soja para cobrar una suerte de “prima de riesgo” contra las pérdidas generadas por los días de trabajo perdidos.

De esta manera, mientras que en la zona de influencia de Rosario (Up River) los productores que en los últimos días vendieron soja disponible cobraron 1690 $/tonelada, en Bahía Blanca las ofertas abiertas por esa mercadería se ubicaron en 1620 $/tonelada y en Necochea en 1520 $/tonelada.

No existe ninguna razón técnica por la cual los productores de soja del sur bonaerense tengan que cobrar menos que los de la zona núcleo pampeana. La única base de ese descuento –enorme en el caso de la zona de influencia de Necochea– es la falta de previsibilidad generada por la ausencia de autoridad.

En los diferentes partidos del sur bonaerense no existe autoridad municipal, policial o judicial que pueda poner freno a las metodologías de los transportistas de Atcade por una sencilla razón: todos les tienen miedo. La única posibilidad de ayuda sólo puede provenir del gobierno provincial de Daniel Scioli (que por estos días está evaluando si cuenta con los recursos suficientes para pagar salarios de empleados públicos).

El pasado 3 de julio ingresaron 271 y 366 camiones cargados con soja a las terminales de Bahía Blanca y Quequén respectivamente, según datos de Williams Entregas. Si se calcula lo que los productores de la zona deberían haber recibido (teniendo la referencia de Rosario) versus lo que finalmente cobraron, ese día, sólo ese día, se habrían pedido 2,43 millones de pesos.

Es decir: el pasado 3 de julio los productores del sur bonaerense podrían haber recibido 2,43 millones de pesos más que luego, en buena medida, se habrían distribuido en las economías locales de las diferentes regiones del sur de la provincia de Buenos Aires. Pero esos 2,43 millones quedaron en manos de grandes compañías exportadoras a modo de “seguro” contra pérdidas futuras generadas por el elevado nivel de conflictividad transportista.

El 2 de julio habían ingresado a ambas terminales 604 camiones con soja. El 29 de junio 577 camiones. El 28 de junio 563 camiones. En definitiva: para esta época del año se están perdiendo no menos de 2,0 millones de pesos diarios –sólo en soja– a causa de un grupo de personas que aplican prácticas intimidatorias sin restricción alguna por parte de las autoridades competentes.

Foto: Martin G. Alzaga