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Jorge Zunino, contratista de la zona Rojas, en provincia de Buenos Aires, advirtió que el sector comenzó a sentir el impacto de las restricciones a las importaciones. “A raíz de este mecanismo implementado por el gobierno, hoy por hoy no se consiguen tractores. Hoy uno quiere cambiar una unidad y no hay disponibilidad. Así que el problema también pasa al concesionario o al vendedor de maquinaria”, explicó el empresario.

“La restricción a las importaciones nos afecta muchísimo. En la parte de repuestos empieza a haber problemas. Tenemos tractores vía Mercosur brasileños o cosechadoras John Deere afectados, y uno empieza a “stockearse” y a tener dudas si se van a poder conseguir los repuestos correspondientes. Entonces eso hace que nos retrotraigamos a realizar nuevas inversiones”, agregó Zunino.

Respecto del aumento de costos, indicó que “en los últimos tiempos se viene sufriendo un deterioro, consecuencia lógica del proceso inflacionario que hace que con el trabajo de contratista, cuando se fijan las tarifas, luego se queda desfasado en función del tiempo de cobro. Eso en estos últimos 2 años, se vio agravado además por cuestiones climáticas, lo que hizo que el panorama sea difícil para invertir y para planificar. Sobre todo porque en nuestro trabajo nosotros tenemos una relación estrecha con los productores y en el sector productivo la situación no es buena, entonces eso se traslada también al área de servicios”.

Consultado sobre el impacto de la última sequía, Zunino reconoció que “esta última seca va a impactar fuertemente pero es mucho más grave la cuestión de la incertidumbre que se plantea a través de la falta de transparencia en la comercialización, sobre todo en trigo y maíz. Cuando uno encuentra que la rentabilidad fue afectada a raíz de menor productividad y con reglas poco claras, lo lógico va a ser que se tienda a invertir menos, lo que impacta también en el mercado de maquinarias. Invertir menos va a significar sembrar menos trigo y para nosotros como contratistas implica poner menos en movimiento las máquinas. En cuanto a sembrar menos maíz sucede lo mismo. Por eso se concentra todo en función de una soja donde en un periodo muy corto uno tiene que salir a sembrar mucha más superficie de un solo cultivo. Eso indefectiblemente a la operativa de la maquinaria o el personal lo afecta sobremanera”.

“Hay mucho rumor sobre la sustitución del área de trigo con otros cultivos. Por supuesto que se va a volcar mucho más a cebada, pero como contrapartida, volcarse excesivamente a cebada pueda hacer caer los precios que, de hecho, ya bajaron. Lógicamente todo esto incrementa la incertidumbre. Entonces cuando uno viene de una situación mala va a lo más seguro y lo más sencillo de hacer. Sabemos que en soja el 95% de la producción se exporta. Por lo tanto tenemos un mercado transparente, no intervenido, y eso hace que nosotros podamos predecir para el año que viene, al menos hoy, algún valor de referencia”, finalizó en dialogo con Radio Colonia.