NOTICIAS Y VIDEOS /

En el último año muchos grandes operadores se retiraron del negocio agrícola en campo arrendado. Pero una compañía aprovechó el momento para seguir creciendo en línea con objetivos estratégicos de larguísimo plazo.
 
Se trata de la compañía saudí Almarai, la cual, con una facturación 2990 millones de dólares estadounidenses, es una de las más grandes elaboradoras de alimentos en Medio Oriente (produce lácteos, panificados, jugos y pollos).
 
“En 2011, a partir del mandato del gobierno del Reino de Arabia Saudita de eliminar el uso de agua para producir cultivos intensivos, Almarai compró Fondomonte S.A., una compañía que tiene 12.306 hectáreas de tierra productiva en la Argentina”, indicó la compañía en el informe anual 2013 difundido esta semana.
 
“Esa compra ayudará a Almarai a asegurar la disponibilidad de recursos forrajeros para su creciente negocio lechero y avícola. A partir de eso, por medio de arrendamientos agrícolas, Almarai expandió su superficie agrícola en la Argentina a casi 30.000 hectáreas”, añadió.
 
En 2012 Almarai sembró unas 23.000 hectáreas en la Argentina (con lo cual creció en casi 7000 hectáreas arrendadas en el último año). La mayor parte de las operaciones de Fondomonte se concentran en las zonas oeste de Buenos Aires y centro de Entre Ríos.
 
No se trata de un caso aislado: muchas corporaciones de Medio Oriente y Asia están buscando posicionarse en tierras productivas para asegurarse la provisión de granos y preservar la disponibilidad de agua dulce para la población local.
 
En un mundo que va camino a superar las 9000 millones de personas en 2042 –según proyecciones del US Census Bureau– el acceso a la tierra productiva podría ser un factor de negociación crucial para atraer inversiones y promover la apertura comercial de mercados externos.