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En su discurso de apertura en el 37 ª período de sesiones del Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Fabrizio Saccomanni, Ministro de Economía y Finanzas de la República Italiana, afirmó que garantizar un acceso apropiado al crédito y a las inversiones a los pequeños agricultores familiares es de suma importancia para la reducción de la pobreza.
 
Al dirigirse a los delegados, los responsables de las políticas internacionales, los líderes agricultores y los representantes del sector privado, Saccomanni destacó que aunque se han hecho algunos avances, aún queda mucho por hacer para eliminar el hambre y la pobreza. "Los retos del futuro requieren de un aumento radical de la productividad agrícola, pero esto tiene que ser conseguido de una manera sostenible" declaró. "Apoyar a los pequeños agricultores es el camino, como demostrado por las pruebas y la investigación; así se rompe el círculo vicioso de la pobreza, mientras se preservan los escasos recursos naturales".
 
En su declaración, Abdullah Jummah Alshibli, Subsecretario General de Asuntos Económicos del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG)  hizo hincapié en que la agricultura familiar es importante para el desarrollo socio-económico y la estabilidad. Enfatizó que las mujeres tienen un papel particular que desempeñar en la seguridad alimentaria y por medio de su empoderamiento la pobreza puede ser erradicada.
 
El Presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanze, dio la bienvenida a los delegados y los representantes de los agricultores de 173 Estados Miembros del FIDA, incluyendo al más reciente, la Federación de Rusia, que ha anunciado su compromiso por apoyar la Décima Reposición de los Recursos del FIDA.
 
En su discurso, Nwanze señaló que en la actualidad, la agricultura tiene un potencial sin precedentes para impulsar el desarrollo económico y el crecimiento inclusivo.
 
"Nunca han sido mejores las oportunidades para los 3 000 millones de personas que viven en zonas rurales, en particular los que dependen de los 500 millones de pequeñas granjas familiares en el mundo", Nwanze añadió. "En el FIDA ya estamos empezando a ver signos de migración inversa, desde las ciudades de vuelta a las zonas rurales. Este es un cambio que estamos observando en la historia del desarrollo en un mundo cambiante".
 
Las observaciones de Nwanze se concentraron en el único centro de atención del FIDA, los hombres y mujeres rurales, algunos de los cuales viven en los rincones más remotos y olvidados del mundo. "Estamos aquí porque las vidas de 842 millones de niños, mujeres y hombres están marcadas por el hambre crónica" señaló, agregando que "estamos aquí porque sabemos que si invertimos inteligentemente en las comunidades rurales y en los pequeños agricultores familiares, podemos eliminar estos atroces niveles de pobreza y hambre para evitar los peligros de la inacción".
 
Nwanze también llamó la atención sobre la ironía de que en muchas partes del mundo en desarrollo, las personas que cultivan alimentos son las que más luchan para alimentarse a sí mismas. "Las poblaciones urbanas necesitan a las poblaciones rurales para cultivar sus alimentos. Además necesitan zonas rurales que proporcionen agua potable y ecosistemas saludables que contribuyan a un aire limpio".
 
Con 1,2 millones de personas en situación de extrema pobreza en el mundo y un 76 por ciento de ellos que viven en zonas rurales, la inversión en los pequeños agricultores y la transformación de las zonas rurales son realmente urgentes. La solución, Nwanze dijo, es clara: "Si alguna vez vamos a eliminar la plaga de la pobreza y el hambre, debemos hacer lo posible para que los pequeños agricultores inviertan y hagan crecer sus negocios, y ayuden a transformar las zonas rurales para que sean lugares donde las mujeres y los hombres se ganen su vida de manera digna y decorosa".
 
Al calificar la falta de inversión en las zonas rurales como "ni económica ni éticamente sensato", desafió a todos los presentes a trabajar para reducir la brecha cada vez mayor entre lo urbano y lo rural, entre los bien alimentados y los hambrientos, los pobres y los ricos. Estas desigualdades se manifiestan más crudamente en las zonas rurales del mundo en desarrollo, declaró, y especialmente en las mujeres y los jóvenes que allí viven.
 
Nwanze destacó las medidas que el FIDA ha adoptado recientemente para garantizar que el Fondo pueda cumplir ahora más que nunca, mantenga el ritmo en un panorama cambiante y satisfaga la demanda de los países beneficiarios. Estas medidas incluyen detalladas evaluaciones de impacto, una mayor colaboración con los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma y evaluaciones de terceros, todo esto con un mayor enfoque a nivel nacional y local.
 
A pesar de estos importantes avances, Nwanze añadió que los "valores del FIDA y nuestro enfoque no ha cambiado y no cambiará. El FIDA sigue dedicado a la agricultura y al desarrollo rural. El FIDA sigue prestando atención especial a los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas. Y el FIDA mantiene su compromiso con el desarrollo impulsado por la comunidad que permite a las mujeres y los hombres a liberarse de la pobreza rural".
 
Los dirigentes de los agricultores que asistieron a la sesión de apertura, se habían reunido en la sede del FIDA durante la quinta reunión mundial del Foro Campesino que se celebra coincidiendo con la reunión anual del Fondo. Representantes de millones de pequeños agricultores reconocieron el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) de las Naciones Unidas y acentuaron el papel crítico que la agricultura familiar desempeña en la producción mundial de alimentos.
 
En honor al AIAF, bajo el título de El Año Internacional de la Agricultura Familiar en primer plano, un grupo de representantes de agricultores y de los beneficiarios y participantes de proyectos financiados por el FIDA ocupó la sala plenaria para discutir las oportunidades y desafíos que enfrenta la agricultura familiar. Los oradores procedían de una diversidad de países —Brasil, Colombia, Malí, Filipinas, República Árabe Siria y la República Unida de Tanzanía— y llegaron a la conclusión de que se necesita más inversión en las organizaciones de agricultores y que los proyectos y programas deben comenzar a nivel de base y tener un enfoque de abajo hacia arriba.
 
La primera jornada se concluyó con la mesa redonda de los Gobernadores Invertir en los pequeños agricultores familiares donde se intercambiaron experiencias. Los Gobernadores del FIDA y los jefes de las delegaciones intercambiaron puntos de vista sobre el papel de los pequeños agricultores familiares en el futuro de sus países, vías para la movilización de una mayor inversión en las zonas rurales, y el papel que el FIDA puede desempeñar como catalizador para la inversión en la población rural.
 
Durante el segundo día del Consejo de Gobernadores, el debate Relatos desde el terreno: Invertir en el cambio de vida de la población rural, explorará cómo los proyectos y programas financiados por el FIDA están transformando y teniendo un impacto en la vida de la población rural. Los participantes discutirán también cómo los gobiernos pueden capitalizar las oportunidades económicas y sociales que mejoren los medios de vida de las familias de agricultores rurales pobres.
 
El mismo día, en un panel titulado Pequeños agricultores = grandes negocios, Paul Polman, Director Ejecutivo de Unilever, compartirá detalles sobre el ambicioso plan de la empresa para incorporar 500 000 pequeños agricultores en sus cadenas de suministro y de obtener de manera sostenible el 100 por ciento de sus materias primas agrícolas. En la segunda parte del panel, Andrew Rugasira, Director General de Cafés Selectos de África, entre otros, se unirá a Polman para discutir la manera de atraer inversiones del sector privado hacia la agricultura familiar que beneficien a ambas partes.