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Por Marcia Carmo
           
Una frase que hasta hace tres meses era imposible de pensar ahora es cada vez más común entre algunos empresarios brasileños.
“Que saudades do Moreno”. Allí extrañan al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien fue el personaje preferido en anécdotas de muchos de ellos durante años, cuando protagonizó las trabas comerciales con Brasil.
La “saudade” de Moreno es hoy más fuerte entre empresarios y negociadores brasileños que el malestar que se produjo la semana pasada en Caracas, durante la reunión del Mercosur, cuando la delegación argentina amenazó retirarse y exigió una retractación pública de Brasil por dichos atribuidos a la embajadora brasileña ante la Unión Europea, Vera Machado, responsabilizando a la Argentina por dificultar la firma del tratado del Mercosur/Unión Europea. “Para nosotros es un episodio menor, ya superado. Lo principal es que la reunión en Caracas terminó bien”, dijeron en Brasília.
En el gobierno de Dilma Rousseff, que viaja a Bruselas el 24 para reunión con la UE, tras visitar el Vaticano, la mayor preocupación en relación a la Argentina, en este momento, es la “presión de los empresarios” reclamando medidas contra las trabas argentinas.
Los mismos empresarios que antes se quejaban de los maltratos de Moreno comienzan a tener otro diagnóstico: “Moreno nos trataba a las puteadas, pero nos trataba, y hasta contestaba mails tarde en la noche.
Ahora, nada. Hay una ‘parede’ (muro) con el nuevo equipo del gobierno argentino ”. Esa “pared” impide el diálogo y lleva a los empresarios brasileños a golpear cada vez más fuerte en las oficinas de Brasilia con la expectativa de lograr una acción política que genere “fluidez” en el comercio bilateral.
 
Entre los sectores que más se quejan de las trabas se encuentran los de calzado, automotriz y textil. La Asociación de Calzados (Abicalçados) envía frecuentes mails a la prensa brasileña y a los negociadores, quejándose de que sus productos que no logran ingresar en el mercado argentino.
En los despachos oficiales de la capital brasileña les piden un “poco de paciencia”, ya que Fernando Pimentel ha dejado el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, el viernes pasado, para disputar la gobernación de Minas Gerais en las elecciones de octubre. Pimentel es uno de los pocos políticos que tienen acceso a la residencia presidencial (Palacio Alvorada) y pueden conversar con Dilma. Pimentel fue quien sugirió el nombre de su reemplazante, Mauro Borges Lemos.
“Los empresarios brasileños tienen razón en quejarse de la Argentina. El tema trabas ya nos tiene bastante hartos, porque genera incertidumbre”, dijo un asesor de Dilma con despacho en Brasília. “Cuando Pimentel estuvo con Marco Aurelio garcía en Buenos Aires el año pasado para conocer a Capitanich, Kicillof y Costa volvió encantado.
Dijo que empezaba una nueva etapa en la relación y habría más diálogo y transparencia. Pero, no está funcion.