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La propuesta se anunció en noviembre  2011 y se implementó a comienzos de 2012 en algunos barrios porteños y del Gran Buenos Aires e intentó extenderse por la Ciudad y más distritos del territorio bonaerense, pero distintos factores y acontecimientos obligaron al Ejecutivo a dejarla en suspenso.
                                                               
Ahora, una vez concluidas las elecciones legislativas del 27 de octubre, la idea de parte del oficialismo es continuar con la quita progresiva de los subsidios al gas y a la energía, abarcando siempre a los sectores de mayor poder adquisitivo.
 
"Esto no implica aumentos de tarifas sino el inicio de un proceso de sinceramiento de un esquema, que se seguirá aplicando a los sectores sociales más necesitados", afirmaba a fines de 2011 el ministro de Planificación, Julio de Vido.
 
El nuevo plan empezó a sembrarse en los últimos días en la comisión que fiscaliza las inversiones en hidrocarburos, conducida por el viceministro de Economía, Axel Kicillof; y de la que también participan los secretarios de Energía, Daniel Cameron, y de Comercio Interior, Guillermo Moreno, publica el diario La Nación.
 
Una fuente oficial al tanto de las discusiones le confió al matutino que la idea es "después de octubre, retomar el debate por la quita de subsidios". Y tanto en el Ministerio de Planificación como en el de Economía ya circulan estudios sobre la composición de los subsidios y uno de ellos será presentado a la comisión luego de los comicios para su debate.
 
Ese proyecto indica que el Estado gastará este año entre 12.000 y 15.000 millones de pesos en subsidios al gas y la electricidad para sectores de alto poder adquisitivo, por lo cual esa suma "se podría recortar sin afectar la demanda y la economía", evaluó el funcionario consultado por el diario, que prefirió mantener su identidad en reserva.
 
La ayuda estatal, en cifras
 
En 2012, el Gobierno destinó $ 61.896 millones a subvencionar el consumo de gas y electricidad. Representa un 85% del superávit de la balanza comercial del año pasado (u$s12.419 millones al dólar oficial, de $5,85).
 
Esa cifra es casi cuatro veces mayor que los $15.944,1 millones que se destinaron al mismo rubro en 2009, según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
 
El origen
 
En diciembre de 2008, el Gobierno publicó el decreto 2067 para traspasar el costo creciente de las importaciones de gas a un sector de los consumidores, pero el intento se frenó en la Justicia debido a las demandas de consumidores. En este contexto, el Ministerio de Planificación resolvió dar marcha atrás con la iniciativa.
 
Ese "parate" se mantuvo por casi tres años, tiempo durante el cual todos los argentinos siguieron recibiendo en las facturas de luz y gas las enormes subvenciones. En noviembre de 2011, cuando Cristina Kirchner estrenaba su segunda presidencia, los ministros de Planificación, Julio de Vido; y de Economía, Amado Boudou, anunciaron el inicio de un proceso de quita paulatina de subsidios que arrancó por countries, barrios cerrados y los vecinos de Barrio Parque y Puerto Madero.
 
Pero también se eliminó el 100% de los beneficios a los bancos, financieras, compañías de seguros, juegos de azar, puertos fluviales y aeropuertos, telefonía móvil, hidrocarburos y minería.
 
Paralelamente, se abrió una lista para renunciar voluntariamente a los subsidios, aunque la iniciativa fue un fracaso: casi dos años después, sólo se anotaron 32.137 personas, apenas el 0,6% de las conexiones eléctricas en las áreas de Edenor y Edesur.
 
Lo que en enero del año pasado parecía ser el inicio de un rápido proceso, finalmente quedó trunco apenas al mes siguiente cuando la tragedia en la estación de Once -que causó 51 muertes- cambió el rumbo de esa política, donde se anunciaba también recortes en los subsidios al transporte. Ahora, dos años después, en el Ejecutivo estudian volver a activar ese plan pendiente.

Foto: NA