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El aporte económico del campo a la Argentina no se traduce en una igual capacidad de lobby. Es más, ni tampoco tiene en la opinión pública la consideración que merece su importancia.
 
Muchos factores, algunos tan históricos como estructurales, lo explican y buena parte de las causas están fuera de alcance de los productores. Pero también hay muchas cosas en que los productores (y las industrias vianculadas) pueden trabajar puertas adentro. Muchos errores que deben superar y pasos en falso que deben dejar de dar.
 
"El campo tiene que dejar de hablarse a sí mismo y empezar a relacionarse más con la sociedad. Tiene que tener un discurso más inclusivo", dijo Adolfo Castro Almeyra, consultor en comunicaciones y asuntos públicos, quien junto con el diputado nacional Jorge Chemes, dialogaron con Punto Biz en el marco del seminario Lobby Agroindustrial -que se desarrolló en la Universidad Austral.
 
En efecto, los productores se "hablan" entre ellos a través de medios especializados y comunican sólo las temáticas de su injerencia sin sumarse a los debates colectivos de otros temas que también interesan a la opinión pública. Y la recomendación es salir de la cueva y ganar espacios más amplios apuntando a que no que sólo se hable de campo sino que también se hable de campos en las ciudades.
 
Ambos coincidieron en que las entidades agropecuarias padecen problemas de comunicación frente al Estado, hecho que se agudiza frente a la “naturaleza misma del trabajador del agro”, que trabaja asilado, en un contexto donde no se habla. Y por eso recomiendan un discurso más inclusivo y abarcativo.
 
“Las entidades agropecuarias tienen serios problemas de armados de estrategias que se agravan a partir del posicionamiento por parte del Estado de ignorarlos, de no incluirlos en las reuniones, de no dejarlos mostrar como un pilar de crecimiento y desarrollo importante para el país”, consideró Chemes. El funcionario comentó que “el sólo hecho de que haya cuatro entidades agropecuarias demuestra claramente la falta de unidad de criterios”.
 
Aunque Chemes resaltó que las entidades agropecuarias carecen de un parecer en común entre sí, consideró que la realidad del sector se debe asimismo a “un problema cultural que afecta al agro en general”. En este sentido, sostuvo que “la comunicación se torna muy difícil de entablar porque el trabajador agropecuario es más bien cerrado, trabaja aislado, solo y en un medio donde no se habla, lo que genera que naturalmente le cueste comunicarse”.
 
En concordancia, Castro Almeyra, expresó que desde la no resolución del conflicto de la 125, el sector agropecuario no es interlocutor del gobierno. “Lo que acaba de suceder en Santa Cruz donde se convocó a los actores más importantes de la vida económica y no se haya invitado al agro me parece un sinsentido”, criticó. Además sentenció: “Para poner el hombro y sacar el país adelante son los que más generan en materia de exportación, de ingresos de divisas, de generación de empleo en todo el territorio nacional, pero cuando llega el momento de las consultas pareciera que no son interlocutores válidos y eso genera malestar”.
 
Asimismo sostuvo que existe un problema “muy serio” de comunicación del sector con la sociedad en general. “El mensaje tiene que ser mucho más inclusivo y mucho más abarcativo”, consideró. En este sentido, el Consultor en Comunicaciones explicó que la inclusión pasa por tres ejes de sustentabilidad: social, ambiental y económica.
 
En relación a la sustentabilidad social, Castro Almeyra explicó que el agro debe tener la posibilidad de aportar y contribuir con un mensaje en defensa de los más débiles, generar empleo y comprometerse. “No pueden haber empresas prósperas con zonas de pobreza a la vuelta”, sostuvo. En cuanto al aspecto ambiental, el Consultor aconsejó la promoción de buenas prácticas agrícolas “para que se haga un uso responsable de los productos fitosanitarios y agroquímicos y generar mayor productividad, competitividad y lograr buenas cosechas. “Sin renta no se puede hacer sustentable ni lo social ni lo ambiental”, sostuvo en base al tercer eje
 
Finalmente, Castro Almeyra expresó: “Hay que repensar nuestro mensaje para que el agro apunte al futuro y beneficie a toda la sociedad, y sea visto como una parte importante de la Argentina y no un problema como pareciera que es para ciertos sectores del gobierno”.

Foto: Martín G. Alzaga