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A tres meses del inicio del gobierno de Mauricio Macri , los economistas consideraron que la evaluación es positiva por la apertura del cepo y el fuerte avance de la negociación con los holdouts , pero que el crecimiento de la inflación aparece como el saldo más negativo.
 
En diálogo con LA NACION, cuatro analistas indicaron que no se puede analizar este trimestre sin considerar la herencia de alto déficit fiscal, inflación, crecimiento negativo de la economía y distorsión de las estadísticas públicas, que vienen del kirchnerismo.
 
Dante Sica, director de Abeceb, dijo que la política económica hizo un giro de 180 grados y estos dos primeros trimestres serán de normalización de los mercados. "El plan es consistente, pero no le sobra nada y por eso es tan necesario este acuerdo con los holdouts, para no entrar en una situación complicada. También ayudan los cambios en la política exterior. Claro que el rebalanceo de la macroeconomía tiene costo, como la caída en el nivel de actividad". Hacia adelante, señaló que "este mes es clave por las paritarias, que marcarán la relación del gobierno con los sindicatos, la relación con el Congreso y la negociación con los holdouts. Si todo eso sale bien, el Gobierno tendrá la holgura que necesita y en el segundo semestre deberíamos ver algunos números positivos", señaló.
 
 
Javier Alvaredo, director de ACM, sostuvo que "el balance es positivo: la liberación del cepo y el avance con los holdouts se están dando en forma bastante normal, pero faltan desafíos como una mayor claridad fiscal y la formulación del nuevo presupuesto. En tanto, el lado flaco es la falta de la normalización del Indec".
 
Adrián Ramos, economista de la UCR y director del grupo Bapro, subrayó que "para entender la política económica hay que mirar la herencia del gobierno anterior: las condiciones iniciales eran bastante complicadas por los últimos cuatro años con inflación elevada y sin crecimiento económico, junto con el mayor déficit fiscal de los últimos 25 años, un problema con los acreedores externos que vedaba el acceso al crédito internacional y un rojo fiscal que se expresaba a través de una magnitud de subsidios inequitativos". A eso se sumaba, agregó, "una estrategia que usaba el tipo de cambio atraso como ancla antinflacionaria".
 
Dado este panorama, "se exigían cambios fuertes en los frentes cambiario, monetario y fiscal. El cambiario se produjo sin un overshooting, que era un riesgo que existía". En cuanto a la inflación, admitió que "el Gobierno pudo haber sido más riguroso para evitar el traslado a precios de la devaluación", aunque destacó que "hubo una estrategia de usar la política monetaria para reducir la demanda del Tesoro hacia el Banco Central".
 
Ramos también subrayó que "hubo un avance rápido en la negociación con los holdouts: el Gobierno se mostró muy hábil en la tarea y generó un plan que, al parecer, permitirá cerrar ese capítulo en poco tiempo más". Ese acuerdo, agregó, "permitirá al país acceder al mercado internacional de crédito con una tasa razonable, que habilitará a la política económica a cubrir el déficit sin tanta emisión e impulsar alguna política de infraestructura desde el Estado".
 
También elogió "la política de tratar de corregir las distorsiones por los subsidios a los servicios públicos en la energía; allí se avanzó en el sentido correcto porque las distorsiones solo beneficiaban a sectores acomodados". En cambio, consideró que en la política tributaria hubo un cambio incipiente, pero se "necesita una corrección importante".
 
El ex gerente general del Banco Central en el kirchnerismo Matías Kulfas opinó que "hubo algunas medidas que se anunciaron en campaña y que tuvieron resultados ambiguos: un primer momento de salida del cepo que fue tranquila y luego se tensó; junto con una subestimación fuerte del problema de la inflación".
 
"Hubo una visión muy ingenua al pensar que con la contracción de la base monetaria se reduciría la inflación, pero no pasó. Es un proceso de ajuste muy fuerte, con medidas que pueden tener efecto positivo en el mediano plazo, como la baja en las retenciones, pero que en el corto plazo suben el precio de los alimentos".
 
Sobre la incidencia de las medidas adoptadas en el kirchnerismo, señaló que "sería un error adjudicar toda la situación a este gobierno, pero también lo contrario".
 
Kulfas dijo que "uno puede hacer política de precios bien o mal, pero lo peor es no hacer nada. Y la idea de la lluvia de dólares por el viraje al mercado también es bastante ingenua; algo prosperará por el acuerdo con los buitres, pero no de la magnitud que se preveía: no pareciera ser que la inversión privada presente un rebote, más bien puede haber un rebote en la obra pública en el segundo semestre. Y el mundo tampoco ayuda".