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El deficiente estado de la red vial secundaria y terciaria dificultará la salida de la cosecha gruesa que está a punto de recogerse en distintas poblaciones de los departamentos agrícolas de Córdoba.
 
El principal condicionante es el elevado nivel de la napa freática, que quita resistencia a los suelos y no permite la adecuada reparación de los caminos de tierra. Las lluvias que cayeron en gran parte del territorio de la Provincia se encauzaron llamativamente por los caminos, en un fenómeno que no deja de sorprender a los productores de las zonas más afectadas por inundaciones.
 
La localidad de Carrilobo, ubicada en el departamento Río Segundo, en el centro de una especie de triángulo delimitado por las Rutas Provinciales Nº 10 y 13 y la Nacional Nº 158, es un claro ejemplo de esta complicada situación.
 
Esa zona está seriamente afectada por las abundantes lluvias que cayeron en los últimos meses y el afloramiento del agua freática impulsado por la infiltración de los excedentes generada por el crecimiento del caudal del río Ctalamochita.
 
En diálogo con el diario La Mañana, el productor Miguel Brignone señaló que la situación es muy preocupante en la red vial, ya que el agua toma a los caminos como vías de escape hacia las zonas bajas. Brignone se dedica al cultivo de alfalfa y estima que más de la mitad de su campo de 150 hectáreas ubicado al noroeste del pueblo sufre las consecuencias del anegamiento.
 
El productor apuntó que el fenómeno del año pasado lo tomó de sorpresa y fue de una magnitud nunca vista en la región. Para este año tomó algunas previsiones como evitar sembrar en la zona más baja del terreno pero eso resultó infructuoso, ya que recibió un volumen de agua igual o mayor que en 2015.
 
“Recibí igual o más que el año pasado. Se desparramó toda el agua, que viene totalmente desmadrada por los caminos. Por ahí la gente se enoja con los consorcios camineros porque no hacen los caminos y las cunetas como corresponde pero: ¿quién puede atajar semejante cantidad de agua?”, manifestó el agricultor. “Es desesperante ver la cantidad de agua y la velocidad con que corre”, acotó.
 
En las explotaciones tamberas vecinas el panorama muestra que no se puede reponer el forraje para el ganado ni retirar la producción.
 
La elevación del nivel de la napa es un problema que puede generar consecuencias. En la zona de Carrilobo el agua está a unos 60 cm de la superficie. Ante este panorama, Brignone apuntó: “Cuando empiece la cosecha, las cosechadoras que quedarán enterradas, los camiones… Nosotros terminamos sacando camiones con 12 mil kilos y se enterraban. Yo creo que con esto no se va a poder salir si no se toman medidas urgentes”.
 
En referencia a la situación de los consorcios camineros el agricultor, que integra el de la región noroeste de San Justo, recordó que existe un importante retraso en el aporte de fondos provinciales para su funcionamiento. “Entre todos ponemos gasoil y tratamos de arreglar los caminos. Así es como nos estamos manejando”, graficó.