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Por Javier Blanco.- El Banco Central (BCRA) volvió a intervenir ayer sobre la plaza cambiaria para recordarles a los operadores que, por ahora, el valor doméstico del dólar tiene un techo.
 
Esta vez, la señal oficial llegó apenas el mercado mayorista comenzó a convalidar nuevas alzas en el precio del billete, que habían llevado al tipo vendedor a marcar los $ 15,45 poco después del mediodía.
 
Fue entonces cuando la mesa de operaciones del ente cargó en el sistema una serie de órdenes de venta al mismo valor que las hechas en los últimos minutos de la rueda de anteayer ($ 15,30) con el objetivo de persuadir a los operadores de que no validaran nuevas subas.
 
 
Esas operaciones, que significaron poner en juego otros US$ 15,23 millones de sus reservas líquidas, bastaron para alinear un mercado que, desde que el BCRA puso límites a los precios, opera con montos más reducidos, como si los oferentes no se hubieran convencido aún de la decisión oficial de no permitir nuevos saltos en la cotización de la divisa, en especial si no encuentran fundamento en las fluctuaciones que ésta pudiera tener a nivel global.
 
La segunda intervención consecutiva sobre la plaza (la tercera desde el fin del cepo) llegó luego de que la entidad monetaria sacrificó anteayer US$ 119 millones de las reservas para provocar un súbito retroceso en el valor de la divisa y convalidó nuevos aumentos en las tasas de interés locales, para desalentar posibles arbitrajes de monedas.
 
Y permitió que el tipo de cambio en el nivel mayorista registrara su menor aumento en lo que va del mes (subió de $ 15,38 a 15,39, es decir, apenas un centavo o 0,07%) y al minorista no le quedara otra que comenzar a acomodarse, al retroceder de $ 15,64 a 15,55 promedio en la jornada, lo que supone una caída del 0,65% respecto del desarbitrado cierre previo, según surge del relevamiento de los precios en la pizarras de casas de cambio del microcentro porteño.
 
En el BCRA confían en que las señales dadas en las últimas 48 horas terminen por convencer al mercado de no seguir pulseando para aumentar el precio del dólar.
 
Creen que aquel oferente que se había retraído ante la sostenida escalada que había ensayado el billete durante este mes (subiendo a un promedio de 2,5% por semana) ahora se convencerá de vender, lo que ayudaría para que la plaza se equilibre por sí sola.
 
¿Cambio de expectativas?
 
Esa presunción resulta favorecida por los avances que el país logró en las negociaciones con que intenta cerrar totalmente el default para reabrir las puertas al mercado internacional de deuda y las divisas que tanto escasean en la plaza local.
 
El economista Martín Polo, de la consultora Analytica, considera que si el país logra financiamiento del exterior, la tarea se le simplificará al BCRA. "Hoy, los dólares estructuralmente no alcanzan para compensar la demanda de importaciones, el envío de utilidades y la demanda de las demás cuentas de servicios. De allí que lo conveniente es que la Argentina salga al mercado voluntario de deuda para que ceda la presión sobre las reservas", dijo.
 
Sin embargo, otros analistas creen que el tradicional desbalance estacional hacia la demanda que muestra el mercado en estos meses condiciona su comportamiento. "Y aún faltan al menos unas tres semanas para que lluevan los dólares del campo", indicó en su informe diario la consultora Delphos Investment, al reflexionar sobre esas condicionalidades.
 
Con los cierres de la víspera el peso acumula una devaluación del 10% en el mes y del 17,3% en 2016. De esta manera, se posicionó como la moneda emergente que más se desvalorizó durante este año. Si la cuenta se hace desde el sinceramiento cambiario de mediados de diciembre, esa depreciación ronda el 56 por ciento.
 
El encarecimiento se aceleró en consonancia con una renovada presión sobre las reservas internacionales que ya hizo caer esta tenencia en más de US$ 1200 millones sólo en lo que va del mes.