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La nueva fase económica de China exigirá una mayor integración regional en América latina para mejorar la alianza con el gigante asiático, además de la reconversión hacia industrias intensivas en conocimiento y tecnología, perspectiva en la que Argentina tiene la ventaja de ser el primer receptor de crédito chino y algunas desventajas, como su baja inserción en las cadenas de valor.
 
La descripción de este escenario es parte de las Perspectivas Económicas de América Latina 2016, elaborado en conjunto por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), presentado esta semana, según publicó Télam.
 
El informe sostuvo que América Latina "debería tratar de responder a los retos planteados por su agenda de crecimiento inclusivo", medida que el fenómeno de las economías emergentes como centro de gravedad de la economía global, conocido como "riqueza cambiante" y liderado por China, entra en una nueva fase con impacto en todos los mercados.
 
Los autores señalaron que las relaciones comerciales entre China y América Latina experimentaron desde 2000 un aumento impresionante, con flujos comerciales que se multiplicaron por 21 frente a un incremento mundial del triple en el resto del mundo.
 
En materia comercial, el segundo socio de Argentina es China, hacia donde destina 7% de sus exportaciones y desde donde obtiene 16% de sus importaciones.
 
Las ventas argentinas al país asiático están concentradas en el sector agrícola (57%), y más lejos productos de baja a alta tecnología (20%); servicios (17%), y minería (6%), mientras que las compras son principalmente de productos industriales de de medio a alto valor tecnológico (67%).
 
Esta balanza bilateral explica el bajo nivel, del 14%, de incidencia de Argentina con China en los primeros eslabones de la cadena de valor, denominado encadenamiento hacia atrás, niveles "propios de las economías especializadas en la agricultura, la minería y los servicios, que se abastecen de menos insumos intermedios del exterior, según explicó el informe.
 
En general, Argentina tiene una baja participación en las cadenas globales de valor, por debajo del promedio de América latina, donde China tuvo un encadenamiento "notable" en los últimos años, superando incluso a las cadenas intrarregionales, precisaron los analistas.
 
"América Latina debe avanzar en su agenda de integración, utilizando como base las plataformas existentes, tales como el Mercosur, la Alianza del Pacífico y Caricom", integración que "resulta aún más crucial si se tiene en cuenta que la reducción de la demanda china de materias primas junto con la disminución de los precios continuará afectando a los exportadores latinoamericanos de commodities durante las próximas décadas", instaron las organizaciones.
 
Según el informe, la región necesita "implementar políticas de desarrollo innovadoras para satisfacer mejor la creciente demanda china, sobre todo en el sector de la industria agroalimentaria y los servicios".
 
"El diseño de políticas y de una estrategia verdaderamente efectiva en capacitaciones e innovación será esencial para conseguir estar a la altura del fortalecimiento del capital humano emprendido por China" y lograr el desplazamiento hacia industrias intensivas en conocimiento y tecnología, explicó el documento.
 
Al respecto, el capítulo referido a Argentina, sostuvo que el país "presenta un nivel de logro educativo relativamente bajo en educación terciaria, acompañado de unos pobres resultados en los informes PISA, que podrían explicar por qué más de la mitad de las empresas encuestadas declararon tener dificultades para contratar personal con la formación adecuada".
 
Mientras que 57% de las empresas argentinas tienen dificultades para encontrar personal competente, en China es nivel es de 2% y en América latina, en promedio, de 36%, relevó la encuesta citada por la OCDE.
 
Por otra parte, el estudio señaló que "la optimización de los flujos financieros para subsanar deficiencias en materia de infraestructuras, podrían contribuir a sacar el máximo rendimiento de las ventajas que plantea la 'nueva normalidad' de China".
 
Pese a la importante presencia china como prestamista bilateral, el 91% de los préstamos a la región se concentra en Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela.
 
Las relaciones financieras entre Argentina y China evolucionaron hasta posicionar al país asiático como un importante prestamista bilateral, y desde 2005, 16% de los préstamos concedidos a la región se destinaron al país, lo que resultó equivalente a 3% del PIB.
 
La mayoría de los préstamos concedidos por China se destinó a infraestructura (74%) o proyectos energéticos (26%).