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El ingeniero agrónomo, Roberto Peralta, es uno de los socios de la consultora de monitoreo Halcón, junto con Daniel Igarzábal. Anualmente, son responsables por la protección de unas 50.000 hectáreas de cultivos en la región central y norte del país, al tiempo que llevan adelante ensayos e investigaciones sobre plagas, enfermedades y malezas.
En la siguiente entrevista, Peralta repasa la situación de las plagas en el marco de un año húmedo que cambia el patrón de ataque sobre los principales cultivos.
 
-Normalmente, se asocia a los años secos con la mayor incidencia de plagas, pero ¿qué pasa en un año húmedo como este?

-Cambia el perfil de las plagas. Por ejemplo, no tenemos tantos problemas con la oruga bolillera y, en cambio, hay una fuerte presencia del complejo de chinches en soja, que puede traer severos problemas en el llenado de granos.
 
-En las últimas campañas, hubo una apuesta fuerte a las sojas resistentes a insectos. Pero las chinches escapan a este control. ¿Cómo es la situación?

-Hay un problema fuerte de tipo cultural o idiosincrático. Mucha gente nos llama y nos dice “cuándo menos me vas a cobrar (el monitoreo) ahora que planté soja Bt”, como si eso cambiara en algo el costo del servicio. En verdad, lo que hace la soja Bt es ahorrarte plaguicidas para controlar orugas, pero en esta situación hay que estar muy atentos a ver qué está pasando con otros complejos de plagas que escapan a su control, como son las chinches.
 
-¿Y cuál es la situación con las chinches?

-Hay una muy fuerte presión de esta plaga en forma temprana. Lo más grave es que hemos detectado la presencia de la chinche de la alfalfa, que es la más devastadora de todas. Si establecemos un ránking, primero viene esta, luego la verde y, por último, la de los cuernos. En base a trabajos científicos realizados en Brasil, se podría decir que el daño entre alfalfa y de los cuernos es de diez a uno. Esa es la peligrosidad de esta plaga. El tema es que en un año húmedo, con más potencial de rendimiento, el productor tiende a pasar por alto las pérdidas ocasionadas por chinche, al revés de lo que ocurre en un año malo, cuando sacar 23 quintales es una cosa y 17, otra. Pero la verdad es que el productor debería, precisamente, poner más empeño en cuidar su rinde, cuando va a ser alto.
 
-Ahora que está prohibido el endosulfán. ¿cuáles son las herramientas para el control de chinches?

-Con piretroides para tener volteo y neonicotinoides para lograr persistencia en la protección.

También, hay una nueva familia que son las sulfoximinas, cuya acción se asemeja a la de los neonicotinoides.
 
-¿Qué recomendaciones hacen para el control de insectos en una campaña lluviosa como esta?

-Hay tres temas íntimamente ligados…
 
Continúa leyendo esta nota de Javier Preciado Patiño en la página 5 del Semanario de Infocampo que adjuntamos al pie de esta nota.