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Si bien el jueves pasado se reunieron el ministro de agricultura, Norberto Yauhar, con los representantes de las principales entidades del agro, la tensión entre las autoridades parece ir en aumento.

Finalizada la reunión, donde se anunció que la ayuda por la sequía se amplió a 2300 millones de pesos con créditos para el sector, las declaraciones que siguieron brindan un panorama de la mala relación existente, que por el momento busca maquillarse a fin de evitar un conflicto mayor.

El viernes, en declaraciones radiales, Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), señaló que: "con la sequía agravando las cosas, lo que viene por delante es el conflicto agropecuario, los tractores en la ruta y la protesta." Asimismo calificó a la iniciativa oficial por la sequía de "insuficiente".

Asimismo, la máxima autoridad de FAA, se encargó de recordar conflictos no resueltos con el agro que exceden a la sequía, "hay una combinación de deterioro del tipo de cambio con retenciones, aumento de costos, distorsión en los mercados, ya que el trigo que sobra no se puede vender”.

Las respuestas oficiales no se hicieron esperar. En esta ocasión Amado Boudou y Yauhar fueron los encargados de aumentar la escalada de declaraciones. Para el vicepresidente, "es una politiquería de dirigentes que permanentemente aparecen en el conflicto generando conflicto y aparecen como factores de desunión, cuando este gobierno busca todo el tiempo ser el gobierno de todos los argentinos.

Por su parte el ministro de agricultura, sin mencionar directamente a Buzzi, declaró que "nosotros no buscamos cinco minutos mediáticos, nuestro objetivo es acercar soluciones a los productores".

De esta manera la escalada entre el gobierno y el agro, si bien en un marco de reuniones permanentes y propuestas del gobierno para lidiar con la seca (calificadas por las entidades como insuficientes), va en aumento. Los próximos días serán claves para ver como se encauza una relación que nunca fue buena.