NOTICIAS Y VIDEOS /

Por Alejandro Rollán.- Desde que el Gobierno nacional promulgó en diciembre de 2007 la Ley de Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo, Córdoba viene intentando hacer lo propio, pero con poco éxito. En materia de ordenamiento territorial de su bosque nativo, la provincia ha tenido una década perdida.
 
En su intención por adherir a la ley nacional, Córdoba ya hizo dos intentos por ordenar sus bosques. El primero fue fallido y el otro –aún en marcha– genera más dudas que certezas.
 
Ambas iniciativas parten del mismo denominador, que las termina convirtiendo en vulnerables: la falta de consenso, no sólo entre ambientalistas y los sectores de la producción, sino también a nivel político.
 
Luego de la cuestionada reglamentación de la ley 9.814, en 2010, el Gobierno provincial buscó durante todo este tiempo un nuevo ordenamiento territorial para el bosque.
 
Bajo el amparo de la legislación nacional, que permite su revisión cada cinco años, el objetivo era consensuar un contenido que reparara las limitaciones de su aplicación y que acercara posiciones entre ambientalistas y productores.
 
Una mesa de diálogo, con todos los sectores sentados a su alrededor, fue el ámbito utilizado para el nuevo diseño. Sin embargo, la idea de que el nuevo proyecto oficial saliera por consenso y sin conflictividad volvió a sucumbir
 
Mientras ambientalistas y productores fijaban públicamente sus posiciones, la Legislatura mantuvo bajo siete llaves el nuevo mapa de ordenamiento para el bosque nativo.
 
La intención oficial era que la discusión no se redujera a la cantidad de hectáreas que iban a conformar la zona roja con bosques (de máxima protección), la amarilla (intervención para la ganadería) y la verde (de libre intervención), sino que tuviera un abordaje más integral.
 
Sin embargo, y ante el desconocimiento, las especulaciones sobre el tamaño y la conformación del nuevo mapa volvieron a instalar las diferencias entre las partes.
 
Resultó al menos llamativo que el Poder Ejecutivo intentara sacar una nueva ley por consenso, cuando uno de sus aspectos clave, como saber cuántas hectáreas de bosque nativo existen en Córdoba, no fue dado a conocer públicamente.
 
Quienes trabajaron en el diseño del nuevo mapa aseguran que el grado de precisión con el que está conformado no admite errores en las proporciones. Sin embargo, nadie dio a conocer sus detalles y las creencias sobre sus dimensiones generan suspicacias. Los interrogantes también llegaron a la esfera política. Las diferencias internas dentro del mismo bloque de Unión Por Córdoba y la decisión de Cambiemos de tomarse más tiempo para el debate amenazan también con quitarle representatividad al proyecto.
 
Sus precursores, sin embargo, lejos de desmoralizarse por la imposibilidad de aprobarlo el miércoles, durante la última sesión extraordinaria del año, aseguran que insistirán en febrero próximo. Confían en que una audiencia pública, en un lugar que aún no está designado, le otorgará al proyecto el requisito legal para su aprobación en la Legislatura. Habrá que ver si, finalmente, el consenso lo legitima.