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La Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) realizó un balance positivo del año, como consecuencia de las diversas medidas auspiciadas por el Ministerio de Transporte de la Nación para reducir los costos portuarios y marítimos, a la búsqueda de una mayor competitividad para el comercio exterior del país.
 
“Resulta importante el compromiso del Gobierno para analizar y producir acciones efectivas para que los puertos argentinos constituyan una solución, y no un problema, para favorecer el crecimiento de las exportaciones del país,” dijo Luis Zubizarreta, presidente de la CPPC.
 
De tal forma, la institución consideró como logros alcanzados durante el año que culmina la disminución de costos portuarios y marítimos obtenidos por la gestión del Ministerio de Transporte, la eliminación del certificado de Transporte Argentino Protegido (TAP) lo que se tradujo en una reducción del 15% en los costos portuarios del tráfico de contenedores, la derogación de la disposición 1108 que prohibía los trasbordos de mercaderías en los puertos de Uruguay, la disminución del costo de practicaje que comenzaría a aplicarse desde abril del próximo año, la merma en el costo en dólares de los remolcadores,  en el peaje del Puerto de Bahía Blanca, en el estibaje, desestibaje de barcazas y en el uso de palas mecánicas en Puerto General San Martín en Santa Fe.
 
Los cálculos aproximados efectuados por la cámara indican que el ahorro proporcionado por el conjunto de esas medidas redujo el denominado “costo argentino” en un 5 por ciento por cada buque.
 
El trabajo mancomunado con el sector privado que estimula y propugna el Ministerio de Transporte facilitará afrontar las próximas metas orientadas a mejorar aún más la competitividad de los puertos argentinos.
 
Así, se abordarán otros temas tales como el análisis del aumento del calado a 36 pies en la Hidrovía del río Paraná, la habilitación de nuevas radas y la mejora en las zonas de cruce; conseguir una reducción del costo del peaje en la Hidrovía, la habilitación definitiva de varias terminales portuarias hoy operativas; la eliminación del método obligatorio de control conocido como “draft survey” que efectúa la Aduana; la disminución de los costos adicionales y redundantes derivados de la actividad de la Administración Nacional de Aduana; el aumento de la eslora a 275 metros para la navegación hasta el puerto de  Zárate debido a buques cada vez más voluminosos; definir en el cabotaje nacional una tolerancia razonable para las diferencias de pesos; obtener una disminución de los costos de amarre y profundizar un análisis de los altos costos de logística interna y paliativos posibles (competencia en ferrocarriles, bitren, disminución de tiempo de espera de los buques, etcétera), entre otros objetivos estructurales para incrementar la eficiencia de los puertos argentinos y en definitiva aumentar el bienestar de los argentinos.