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Ellos con la aplicación de un proceso integrado de tecnologías y visión de agronegocios se potenciaron. Confeccionan forrajes de alta calidad, es decir, van desde el fardo de la leguminosa hasta los pellets, y venden en el mercado interno y a países Brasil, Colombia, Ecuador, Malasia, Panamá, Paraguay, Bolivia, Honduras, Guatemala, Emiratos Árabes, Kuwait, República Dominicana, Taiwán, Uruguay y Venezuela.
   
En principio, "comprábamos los fardos de alfalfa a diversos productores de la zona y de acuerdo a las necesidades de la demanda. No teníamos grandes stocks de materias primas y por ende el esfuerzo financiero era menor. No obstante ello, nos enfrentábamos variaciones fuertes de costos de producción, debido a que se trata de un insumo estacional. Por otro lado, era realmente difícil lograr una calidad estable, sobre todo ante presencia de clima adverso ya que, entre otras cosas, la materia prima no se almacenaba de manera correcta", recuerda Bolatti padre.
          
Así comenta el fundador que la solución que encontraron fue arrendar campos para producir su materia prima, sembrar nuestros cultivos, llegando a generar hoy el 100 por ciento de los rollos que procesaban. Este paso resultó vital para estabilizar tanto la calidad de nuestros pellets como los costos de producción durante los 365 días del año.
              
"Las siembras de las alfalfas, el corte/acondicionamiento y el enfardado se llevan a término bajo nuestra directa supervisión, con equipos propios. Los rollos se estiban y luego se llevan a la planta de molienda, de acuerdo a las necesidades de elaboración y venta. La logística necesaria para el movimiento de la producción, también es con equipos y camiones propios. Una vez ingresados a la planta, se desmenuzan, luego se muelen, se mezclan y por último se pelletizan. Cuando la mercadería esta lista, se entrega al cliente en el lugar acordado", explica el proceso Bolatti.
          
Al día de hoy y cumpliendo 30 años de vida de la empresa este año, el proceso es integral, incluida la confección y comercialización de sus productos a los que se les sumaron los megafardos y todos para feedlots, tambos, haras, cabañas, criaderos de cerdos, ovinos, aves y conejos.