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Estudio comparativo del Observatorio Vitivinícola Argentino
Sin acuerdos de libre comercio Argentina nunca será el “supermercado del mundo”: el caso testigo del vino
La posibilidad de que la Argentina se transforme en el “supermercado del mundo” será inviable hasta que la nación sudamericana no logre integrarse con sus principales socios comerciales.
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Valor Soja
Investigadores del Observatorio Vitivinícola Argentino realizaron un trabajo –que presentaron el mes pasado a la canciller Susana Malcorra– en el cual se evidencian las barreras arancelarias que, entre otros factores, no permiten que los vinos sean exportados a los principales países demandantes de la bebida.
Un solo ejemplo: para ingresar a China el vino argentino debe abonar un arancel de 0,39 dólar por botella, mientras que el producto chileno, gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene con China, entra a ese mercado sin abonar arancel alguno.
Un arancel de 0,39 dólar por botella puede parecer poco. Pero no: en realidad es una barrera bastante elevada si se considera que el precio promedio FOB del vino argentino varietal embotellado es de 3,92 dólares en lo que va de este año.
En China se registra la tasa de crecimiento de consumo de vinos finos más elevada a nivel mundial (de hecho se transformó en el primer cliente de Chile) y eso está promoviendo una competencia feroz entre naciones exportadoras de esa bebida para posicionarse en ese mercadazo.
El estudio del Observatorio Vitivinícola Argentino también remarca que el déficit de competitividad cambiaria local penaliza a los exportadores, pero la solución de ese problema estructural, luego del descalabro económico promovido por el régimen kirchnerista, llevará varios años. La Argentina también tiene una cuenta pendiente en materia de infraestructura logística (otra pesada herencia del ejército de ocupación K).
Sin embargo, la realización de TLC con naciones complementarias es una tecnología de costo cero –sólo requiere neuronas, voluntad y paciencia– que puede, una vez implementada, promover una mayor generación de riqueza en las diferentes cadenas agroindustriales presentes en territorio argentino.
Chile, gracias al TLC que mantiene con China desde octubre de 2006, en el primer semestre de este año –según los últimos datos oficiales publicados por Direcon– logró un superávit de 2099 millones de dólares con la nación asiática (Chile además tiene TLC con otras catorce naciones y regiones).
Argentina, en cambio, registró en los primeros diez meses de 2016 un déficit comercial con China de 4506 millones de dólares, según los últimos datos difundidos por Indec.
El estudio del Observatorio Vitivinícola Argentino indica que “es importante avanzar en mejorar los costos de transporte terrestres y costos logísticos, así como en acuerdos comerciales que permitan remover trabas al comercio y mejorar el desempeño de las exportaciones argentinas, equiparando las condiciones a las de sus principales competidores”.
Un solo ejemplo: para ingresar a China el vino argentino debe abonar un arancel de 0,39 dólar por botella, mientras que el producto chileno, gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene con China, entra a ese mercado sin abonar arancel alguno.
Un arancel de 0,39 dólar por botella puede parecer poco. Pero no: en realidad es una barrera bastante elevada si se considera que el precio promedio FOB del vino argentino varietal embotellado es de 3,92 dólares en lo que va de este año.
En China se registra la tasa de crecimiento de consumo de vinos finos más elevada a nivel mundial (de hecho se transformó en el primer cliente de Chile) y eso está promoviendo una competencia feroz entre naciones exportadoras de esa bebida para posicionarse en ese mercadazo.
El estudio del Observatorio Vitivinícola Argentino también remarca que el déficit de competitividad cambiaria local penaliza a los exportadores, pero la solución de ese problema estructural, luego del descalabro económico promovido por el régimen kirchnerista, llevará varios años. La Argentina también tiene una cuenta pendiente en materia de infraestructura logística (otra pesada herencia del ejército de ocupación K).
Sin embargo, la realización de TLC con naciones complementarias es una tecnología de costo cero –sólo requiere neuronas, voluntad y paciencia– que puede, una vez implementada, promover una mayor generación de riqueza en las diferentes cadenas agroindustriales presentes en territorio argentino.
Chile, gracias al TLC que mantiene con China desde octubre de 2006, en el primer semestre de este año –según los últimos datos oficiales publicados por Direcon– logró un superávit de 2099 millones de dólares con la nación asiática (Chile además tiene TLC con otras catorce naciones y regiones).
Argentina, en cambio, registró en los primeros diez meses de 2016 un déficit comercial con China de 4506 millones de dólares, según los últimos datos difundidos por Indec.
El estudio del Observatorio Vitivinícola Argentino indica que “es importante avanzar en mejorar los costos de transporte terrestres y costos logísticos, así como en acuerdos comerciales que permitan remover trabas al comercio y mejorar el desempeño de las exportaciones argentinas, equiparando las condiciones a las de sus principales competidores”.
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Acopio News
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2024-10-23
Acopio News
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2024-09-27
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