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El Gobierno trabaja febrilmente para sumar votos a su proyecto de reforma de Ganancias y darle media sanción este martes en la Cámara de Diputados. Después de un año en el cual los principales acuerdos los tejió con Sergio Massa, convertido en “árbitro” y socio obligado de Cambiemos en la oposición, la novedad en la discusión por Ganancias es la estrategia del Gobierno de avanzar con apoyo de los gobernadores, y los diputados y senadores que les responden, lo que implicaría un acuerdo con sectores del FpV e incluso, aliados del massismo. Por lo menos, hacia esas latitudes apuntan los radares de la Casa Rosada en estas horas.
 
“Los gobernadores no pueden mirar para otro lado. De los 30 mil millones de pesos de costo fiscal extra del proyecto de Massa, 15 mil son para las provincias porque el impuesto se coparticipa”, argumentan en la Rosada, donde imaginan un esquema de alianzas en el recinto parecido a lo que fue la sanción del Presupuesto. En particular en Diputados, si bien contó con apoyo de massistas y del bloque PJ, hubo división en el FpV, donde una docena de diputados votaron el primer presupuesto de la era Macri.
 
En la hora de la seducción, el jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, no descartó un posible acuerdo con el FpV y calificó incluso de “innovador” el proyecto del kirchnerismo que propone cambiarle el nombre a Ganancias por “impuesto a los altos ingresos”. El ex ministro Axel Kicillof propuso que tribute el 10% de los trabajadores registrados de mayores ingresos. Pese a la pelea discursiva con los K al Gobierno le cierra más esa opción que la de Massa -en tándem con el peronismo no K y los socialistas-, que postula más impuestos y retenciones (a la renta financiera, a las mineras) para financiar el costo fiscal de dejar fuera de Ganancias a cientos de miles de trabajadores, con una fuerte suba del mínimo no imponible.
 
“Hay una discusión ideológica con el massismo”, califican en el Gobierno. Luciano Laspina, presidente de la comisión de Presupuesto en Diputados, pide no mirar el mínimo no imponible sino el cambio en las escalas, donde reside “la progresividad”. Para el massista Marco Lavagna, con la iniciativa oficial en 2017 medio millón más de trabajadores pagarán Ganancias (llegando a 2,5 millones). Ese sería un límite para un acuerdo. En el Frente Renovador aseguran que no hay en curso negociación con el oficialismo.
 
A la caza de votos salió también el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, clave en todas las negociaciones con las provincias. Fuentes oficiales contaban a legisladores misioneros y santiagueños junto al proyecto oficial: “Todas las provincias están preocupadas por el impacto fiscal. Con los cambios que hicimos nuestro proyecto a lo sumo tendrá un costo de $ 3 mil millones extra, no más”.
 
El Gobierno también tiene el apoyo de gobernadores aliados al massismo, como Juan Schiaretti (Córdoba) y Mario Das Neves (Chubut). Habrá que ver sus diputados, que integran el interbloque que preside el tigrense. Las gestiones oficiales apuntan también al Senado. Hay además una cuestión de tiempos. No debería haber cambios para Ganancias tenga sanción en la Cámara alta el martes 13.
 
En Diputados, Cambiemos tiene 87 diputados y ya rondaría los 100, con Juntos por Argentina y fuerzas provinciales. Necesita 129.
 
En el FpV también ven que van por votos de su bloque, de los más ligados a los gobernadores. Kicillof lo evaluó con las kirchneristas Diana Conti y María Teresa García. Creen que es factible que ningún dictamen (hay cuatro) logre mayoría, y la reforma se termine cayendo (vale recordar que el Gobierno no tiene apuro: hasta la presión opositora encabezada por Massa, el plan era patear Ganancias para el año que viene). En el kirchnerismo no descartan que en este escenario, Mauricio Macri haga cambios en Ganancias por decreto.