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Por Esteban Lafuente.- Luego del incremento en las tarifas del servicio de agua y cloacas que se implementó en los primeros meses del año, que motivó amparos judiciales y reclamos de usuarios y asociaciones de consumidores, las tarifas experimentarán en 2017 nuevos incrementos que, en promedio, estarán en línea con la inflación que proyecta el Gobierno para el año próximo. "Como concepto nuestra previsión del año no va a ser mayor al 17% en promedio", indicaron a LA NACION fuentes de AySA, la empresa estatal que brinda el servicio en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
 
Luego de años de tarifas congeladas, este año se aplicaron aumentos promedio del 297% (hubo casos que llegaron al 375%) para llegar a los $ 1000 millones de facturación mensual. Así, aseguran en la empresa, lograron cubrir los costos operativos y prescindir de subsidios, un componente que se mantiene en las tarifas de luz y gas, hoy en muchos casos más baratas que el agua.
 
"Este año no lo vamos a cubrir enteramente por la cadencia de la facturación y el momento de la implementación de las facturas, pero estamos en nivel de recaudación por encima de nuestra previsión", reconocen en la empresa, y aseguran que lograron saldar una deuda de $ 3400 millones con proveedores de obras preexistentes.
 
Hoy, la factura bimestral promedio es de $ 524 por cuenta. A su vez, hay 1,5 millones de usuarios de menores recursos que reciben un descuento del orden del 25% en sus facturas, a los que se suman 225.000 beneficiarios de la tarifa social.
 
Tras los aumentos, aseguran, el nivel de cobrabilidad (los usuarios que pagan su factura) es del 81% al vencimiento y del 92% en el año.
 
Cambio de modelo
 
Una de las particularidades del servicio de agua es que su facturación, en la mayoría de los casos, no está vinculada al nivel de consumo. Hoy, poco más del 12% de los usuarios tienen instalado medidor en su domicilio (alrededor de 400.000 unidades), y ante las imposibilidades técnicas para su instalación en algunas unidades (múltiples entradas de agua, varias bajadas para un mismo departamento en edificios) rige un modelo que se basa en una serie de criterios ajenos a la cantidad de agua que se utiliza (tamaño de la propiedad, tipo de propiedad, zona, entre otras) para establecer el monto mensual que debe pagar cada cliente.
 
"El sistema tarifario actual se aplica desde 1963 y establece que el que más puede pagar o tiene propiedades más grande susbsidia al de las propiedades chicas", reconocen en AySA.
 
La idea en la que trabaja la compañía junto con funcionarios nacionales, es avanzar hacia un esquema que sí contemple el consumo de agua y estimule el ahorro. ¿Cómo? El plan de la empresa es avanzar a partir del año próximo en un esquema de instalación de 1,5 millones de medidores para llegar a 2021 con una cobertura del 90% de los clientes.
 
En la hoja de ruta de AySA, esta iniciativa forma parte de un ambicioso plan de inversión general de $ 200.000 millones en ocho años, en mantenimiento y expansión de la red. En principio, se colocarán medidores convencionales en la conexión de cada unidad con la red, que permitirían conocer con precisión el consumo de la casa o del consorcio, en el caso de un edificio de varias unidades. A su vez, se están probando dispositivos electromagnéticos que podrían facilitar la medición en cada departamento.
 
"Vamos a hacer cambios en el modelo tarifario que no implican cambios en la tarifa final del usuario. Que sea una factura entendible y que sepa que si consume más, paga más, y que el que no consume va a tener un cargo fijo mucho menor. Hoy, incluso en quien tiene medidor, la factura tiene un 70% de componente fijo y un 30% variable, y vamos a cambiar esa proporción a 20% y 80%", explican en la empresa.
 
En expansión
 
Junto a la colocación de medidores, desde AySA avanzan en el crecimiento y la renovación de la red. A partir de abril de este año, avanzaron con 140 licitaciones, 80 de las cuales ya se adjudicaron y 40 comenzaron. "Solamente en la red domiciliaria llevamos más de $ 7000 millones en licitaciones en curso", cuentan en la empresa.
 
A su vez, antes de que termine enero está previsto que la empresa complete la toma del servicio en ocho partidos del Conurbano (Escobar, San Miguel, Malvinas Argentinas, José C. Paz, Merlo, Moreno, Florencio Varela y Pte. Perón), hasta aquí operado por Aguas Bonaerenses (Absa), y en Pilar, donde opera una compañía privada, para sumar 4,5 millones de personas bajo su órbita. "Ahí tienen servicio de agua 1,3 millones, y 500.000 de cloaca", detallan en AySA, que hoy tiene 6500 empleados, a los que se sumarán los 300 de la operación de Absa y 200 adicionales en el trancurso de 2017.