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Como es probable que la CNV no llegue a tiempo y que esos fideicomisos recién estén listos a partir de marzo, están previstos otros vehículos llamados parking: el dinero puede depositarse con una tasa similar a la de plazos fijos, hasta que encuentre su lugar definitivo.
 
Entre los fondos ideados para la plata del blanqueo abundan los de desarrollo inmobiliario como el de IRSA, pensado para los shoppings y un emprendimiento “triple A” en Catalinas.
 
Curioso. En una Argentina en la que el campo es motor, solo hay dos fideicomisos destinados a la inversión en ese sector.
 
Uno es el de First, que se dedicará a la compra de deuda. Por ejemplo, si una compañía agropecuaria lanza una ON al mercado, el fondo puede comprarla.
 
Adblick es el otro caso. Su CEO es José Demicheli, que se presentó junto con el Deutsche Bank. Tal como exige la CNV, ofrece tres proyectos distintos. Uno es para invertir en granos, otro en carne y uno más para la compra de campos.
 
Sus organizadores no esperan una marea de dinero, pero aseguran que ayudarán a impulsar la producción agropecuaria, como sucede en las economías más modernas.
 
Con el de Ganadería comienzan con la compra de terneros, para ser recriados y terminados, a pasto o a corral, comercializando novillos pesados con fuerte foco en cuotas de exportación. El proyecto cuenta con campos en la provincia de Santa Fe. Y promete una renta que en un rango de escenarios pesimista a optimista varía de 5 a 8% en kilos de carne. El fondo para granos se dedica a la producción y comercialización de cereales y oleaginosas en gran escala sobre campos arrendados. En este caso si el escenario es pesimista se puede perder 25% y en el otro extremo ganar un 25% sobre lo invertido. En la compra de campos, el margen es más modesto, va de 3 a 10%.