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Las reuniones secretas de Macri con Lavagna en Olivos
Lavagna dijo, entre muchas otras cosas, que “este modelo requiere endeudamiento y termina en un colapso”. Así tituló el diario La Nación este lunes la entrevista realizada por el periodista José del Río. El tono de los cuestionamientos de Lavagna venía subiendo. Pero esta vez mencionó los “modelos de ajuste con retraso cambiario” y dijo que “el actual modelo se identifica cada vez más con el final del gobierno de Cristina Kirchner”. Demasiado, incluso para la tolerancia, amor y felicidad que pregona Macri evangelizando a sus funcionarios y seguidores.
La polémica se encendió enseguida. El propio Macri pensó en responderle. Con buen criterio, alguien lo contuvo. El que se anotó con entusiasmo fue Alfonso Prat Gay, quien comparte con Lavagna un encono que viene desde los tiempos del kirchnerismo, cuando uno era ministro de Economía y el otro presidía el Banco Central.
Lavagna había timoneado con éxito la salida de la gran crisis de comienzos de siglo, una vez que el trabajo sucio de la devaluación lo hubiese hecho su antecesor Jorge Remes Lenicov. Que Prat-Gay haya salido de la trampa macroeconómica que dejó Cristina sin graves daños es algo que no debe haber mejorado aquellos recelos mutuos.
Con el conflicto expuesto Massa, a quien Macri llama “el jefe político de Lavagna” sólo para irritar a Lavagna, salió en defensa de su aliado. Si se mira en profundidad, defendió más a la persona que a sus opiniones. Pero ese detalle quizás pasó sin dejar huella.
Algunos allegados acudieron alarmados a Lavagna, a quien resulta extraño ver en una posición beligerante que lo ponga a tiro de opiniones críticas. La respuesta que escucharon fue que lo que dijo en público se lo había dicho antes a Macri en privado. Y que como sus opiniones no fueron tomadas en cuenta se sentía en plena libertad de darlas a conocer.
En el Gobierno aseguran que Lavagna en realidad propone una maxi-devaluación inviable social y políticamente. El propio Macri ha dicho a su equipo más cercano que el ex ministro añora el tipo de cambio que encontró después de aquella devaluación de Duhalde y Remes Lenicov, cuando se puso proa a la rápida recuperación de la economía. Según Macri, aquel dólar del 2002 trasladado a valores actuales rondaría los 30 pesos, casi el doble que hoy.
¿Quién se anima a proponer tamaña pérdida de valor del peso y los salarios, a cambio de mejorar la competitividad del campo y la industria?
El Gobierno está exasperado por estas peripecias. En la Casa Rosada enojan las críticas de Lavagna al déficit fiscal cuando –señalan– al mismo Massa propone cambios en el impuesto a las Ganancias que duplicarían el costo fiscal previsto por la reducción de esa injusta carga sobre los salarios.
En el Congreso, los diputados opositores siempre propensos al diálogo ahora presionan por Ganancias. En el Senado, el peronista Miguel Pichetto no consigue meter a los gobernadores propios en el brete para que apoyen la reforma electoral. En la calle, las organizaciones sociales montaron la escena de la protesta mientras avanzaban con la ministra Carolina Stanley en definir la ayuda de fin de año. Que nadie piense que bajan las banderas porque negociaron a cuatro manos con quienes tienen la llave de la caja.
La CGT también muestra los dientes por Ganancias y contribuyó a la masiva manifestación por la emergencia social de hace una semana en el Congreso. Lo hizo aunque sus dirigentes descreen –y lo dicen–- de que esa ley que votó el peronismo en el Senado pueda ser algo más que una expresión de deseos, sobre todo en la creación de un millón de puestos de trabajo por pura decisión política.
Son todas pruebas de carácter para un Gobierno que compró paz social con una habilidad que algunos aún no le reconocen; pero sobre todo con muchísima plata repartida entre jubilados, trabajadores en blanco y en negro, sindicatos y provincias.
Y todo esto sin contar el fuego amigo. Desde las críticas internas de Emilio Monzó que llevaron a algunos gurkas del PRO a pensar en su desplazamiento como presidente de la Cámara de Diputados, iniciativa pronto desactivada; hasta la carga profunda de Lilita Carrió contra amigos del Presidente y funcionarios, que sobresalta a las buenas almas.
El fin de año quizás termine en paz. Pero a Macri y su equipo estos días se les están haciendo demasiado largos.
“La baja de los precios internacionales de los granos y la actualización de costos nos colocan en una zona roja de la cual debemos salir de manera inmediata”, dijo el titular de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara.
El pasado miércoles 16, el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Javier Alonso participó de una reunión de la Mesa de Trabajo para la Seguridad Rural con representantes de diferentes entidades que nucléan a los productores rurales, con el objetivo de coordinar acciones para prevenir los delitos en las zonas rurales de la Provincia de Buenos Aires.
Lo resolvió la presidenta del directorio de gestión y funcionaria cercana al gobernador Axel Kicillof, Jimena López; se seguirá en el trabajo de una próxima licitación; había incertidumbre sobre la continuidad luego que trascendiera un supuesto interés del gobierno provincial de controlar un 30% de la operatoria. LA NACION - 26/09/2024
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