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Recomiendan construir cisternas para enfrentar el cambio climático
Agricultores familiares de Quimilí participaron de una capacitación para construir sus propias aljibes y, así, cosechar y almacenar agua de lluvia.
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Infocampo
Arena, ripio, cemento, hierro, aditivo hidrófugo y agua. Con estos materiales y de la mano de capacitadores, los agricultores familiares de Quimilí, Santiago del Estero, construirán sus propias cisternas para cosechar y almacenar agua de lluvia. Esta experiencia fue organizada por el ministerio de Medio Ambiente de la Nación, la Unidad para el Cambio Rural del ministerio de Agroindustria (UCAR), el INTA, el INTI y el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE).
“Estar aquí nos permite realzar los aprendizajes que reunimos en los años de implementación que lleva el proyecto”, explicó Eduardo Belelli, coordinador del proyecto Adaptación y Resiliencia de la Agricultura Familiar del Noreste Argentino ante el impacto del cambio climático y su variabilidad.
“Es la primera vez que en el este santiagueño se da esta experiencia pública y participativa con tanta gente interesada en la implementación de esta tecnología”, aseguró Belelli quien, además, dijo que los participantes también debatieron sobre el impacto del cambio climático, sus causas y consecuencias.
Asimismo, detalló que la construcción y difusión del uso de las cisternas de placas es un trabajo que se realiza desde hace un tiempo y con mucho éxito, como así también otras tecnologías como las perforaciones someras o las represas.
“La discusión está puesta en lo que hay detrás de todo esto, es decir a las nuevas oportunidades que tiene el sector de la agricultura familiar con el cambio climático”, indicó Belelli.
A la experiencia de Quimilí, se sumarán otros talleres en las localidades santiagueñas de Santa Rosa, Rincón del Saladillo, Lote 38, Bajo Hondo y Pozo Herrera. Como resultado, las familias campesinas del este de Santiago del Estero construirán un total de ocho cisternas.
Las cisternas de placas son un método de cosecha y almacenamiento de agua de lluvia que se caracteriza por su simpleza, su bajo costo de construcción y su practicidad. Es que, a diferencia de otros métodos para construir reservas de agua, no se requieren ladrillos, por lo que su costo es menor.
Para la construcción de una cisterna de 16 metros cúbicos, se necesitan cuatro metros cúbicos de arena, medio metro de ripio, 22 bolsas de cemento, 12 varillas de hierro del 8, dos del 6 y cuatro litros de aditivo hidrófugo para los revoques, 1.000 litros de agua buena para el proceso constructivo y tres días de trabajo.
El primer día se elaboran las placas para las paredes y el techo –basadas en moldes de madera–, al tiempo que se construye la base de hormigón. Al segundo día, se colocan las placas y se realizan los revoques. Para el tercer día se construye el techo y se sellan las uniones.
“Estar aquí nos permite realzar los aprendizajes que reunimos en los años de implementación que lleva el proyecto”, explicó Eduardo Belelli, coordinador del proyecto Adaptación y Resiliencia de la Agricultura Familiar del Noreste Argentino ante el impacto del cambio climático y su variabilidad.
“Es la primera vez que en el este santiagueño se da esta experiencia pública y participativa con tanta gente interesada en la implementación de esta tecnología”, aseguró Belelli quien, además, dijo que los participantes también debatieron sobre el impacto del cambio climático, sus causas y consecuencias.
Asimismo, detalló que la construcción y difusión del uso de las cisternas de placas es un trabajo que se realiza desde hace un tiempo y con mucho éxito, como así también otras tecnologías como las perforaciones someras o las represas.
“La discusión está puesta en lo que hay detrás de todo esto, es decir a las nuevas oportunidades que tiene el sector de la agricultura familiar con el cambio climático”, indicó Belelli.
A la experiencia de Quimilí, se sumarán otros talleres en las localidades santiagueñas de Santa Rosa, Rincón del Saladillo, Lote 38, Bajo Hondo y Pozo Herrera. Como resultado, las familias campesinas del este de Santiago del Estero construirán un total de ocho cisternas.
Las cisternas de placas son un método de cosecha y almacenamiento de agua de lluvia que se caracteriza por su simpleza, su bajo costo de construcción y su practicidad. Es que, a diferencia de otros métodos para construir reservas de agua, no se requieren ladrillos, por lo que su costo es menor.
Para la construcción de una cisterna de 16 metros cúbicos, se necesitan cuatro metros cúbicos de arena, medio metro de ripio, 22 bolsas de cemento, 12 varillas de hierro del 8, dos del 6 y cuatro litros de aditivo hidrófugo para los revoques, 1.000 litros de agua buena para el proceso constructivo y tres días de trabajo.
El primer día se elaboran las placas para las paredes y el techo –basadas en moldes de madera–, al tiempo que se construye la base de hormigón. Al segundo día, se colocan las placas y se realizan los revoques. Para el tercer día se construye el techo y se sellan las uniones.
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Infocampo
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Acopio News
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Acopio News
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