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El Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Córdoba (Ciapc) emitió un comunicado en el que advirtió sobre el bajo uso de la receta fitosanitaria a la hora de realizar aplicaciones de agroquímicos, a la vez que alertó por graves procesos de erosión de los suelos.
 
En el marco de su 29° aniversario, el Ciapc difundió este documento en el que sostiene, por ejemplo, que hay ocho millones de hectáreas productivas sin registro de uso de receta fitosanitaria.
 
“¿Se produce allí? La respuesta categórica es sí. ¿Qué sucede entonces?, ¿por qué el productor no solicita la receta?; ¿por qué el ingeniero agrónomo no la hace?; ¿por qué el aplicador no resguarda su trabajo con el aval de esa receta? ¿Y qué hace el estado en frente a este escenario?”, destaca la carta de la entidad que preside Daniel Cavallin.
 
Suelos
La otra preocupación que exponen los agrónomos, son las fallas en el cuidado de los suelos. En ese sentido, recuerdan que en la Ley de Conservación de Suelos, hay tras categorías: suelos en prevención, en conservación o en recuperación; para los dos primeros, el productor puede trabajar con planes de rotación a largo plazo voluntariamente; pero, para el último, sí o sí debe haber un plan predial.
 
Sin embargo, “este plan no se exige o por lo menos en el Ciapc no tenemos conocimiento que los colegas estén realizándolos. De dos millones de hectáreas con riesgo de erosión hídrica, sólo 100 mil tienen plan predial. ¿Qué pasa con el resto?”, se pregunta el Colegio.
 
Consecuencias
Desde la mirada de esta entidad, el sistema productivo actual, en el que predomina la agricultura en campos arrendados, con una incidencia muy alta de los alquileres en los márgenes, “hace que todo este sistema se relaje en pos de beneficios económicos a corto plazo, afectando a todos los actores implicados en las leyes vigentes”.
 
La inquietud del Colegio es que, según su punto de vista, “tales sucesos conducen a un escenario actual que da muestras de que, por ejemplo, en la aplicación de agroquímicos, no haya certezas de que se respeten períodos de carencia o condiciones técnicas oportunas de utilización de estos insumos; de que aparezcan continuamente malezas resistentes por el uso reiterado de un mismo producto o por el incorrecto manejo sanitario de los establecimientos que permite el ingreso de máquinas que las trasladan”.
 
“Asimismo, hay datos que indican que el 40 por ciento de los agroquímicos que se esparcen en el ambiente no impactan sobre su objetivo, ya sea insecto o maleza. Esto tiene una doble lectura: por un lado, la maleza o el insecto reciben dosis menores a las indicadas en el marbete que no cumplen cabalmente su función. Por otro lado, hay una ineficiencia que incide en lo económico y, fundamentalmente, en lo ambiental, con costos importantes”, denuncia el CIapc.
 
En cuando a los suelos, en tanto, destaca que “la pérdida de la capacidad productiva por el mal manejo del recurso es evidente, con implicancias no solo en la producción sino en la infraestructura urbana y rural, con caminos intransitables y pueblos amenazados -e incluso desbordados- por el agua. Hay muchos estudios que han calculado estos pasivos ambientales, y son realmente graves los perjuicios económicos”.