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Fundado el 26 de octubre de 1986

El Centro de Acopiadores de Granos de Entre Ríos cumplió 30 años

Octubre de 2016 no será un mes más para el Centro de Acopiadores de Granos de Entre Ríos (CAGER). Este mes será recordado como el del trigésimo aniversario de la entidad que comenzó en 1986 por la iniciativa de un grupo de acopiadores que decidieron aunar fuerzas para lograr un objetivo común.
 
Desde ese momento mucha agua ha corrido bajo el puente o, mejor dicho, mucho cereal ha pasado por los silos.
 
El 26 de octubre de 1986 es la fecha fundacional del CAGER. Es pertinente y atinado recordar cuál  era el contexto por entonces.  En Argentina el año había comenzado con paros generales de la CGT en reclamo por los sueldos congelados y la inflación que rebrotaba. El presidente Raúl Alfonsín se proponía reformar la Constitución Nacional intentando dar cauce a su reelección y sustituir el régimen presidencialista por uno parlamentario, como existe en países europeos. Pronto haría pública su intención de llevar la capital de la República a Viedma, Río Negro.  También a comienzos del ‘86 el mundo se sorprendía por la explosión del transbordador espacial Challenger poco después del despegue. En mayo, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas condenaba por su actuación en la guerra de las Islas Malvinas al general Galtieri, al almirante Anaya y al brigadier Lami Dozo. Quizá algunos recuerden que en 1986 se aprobó la ley que permitía el divorcio vincular, mientras fallecía el célebre Jorge Luis Borges. También fue el último mundial de fútbol en que Argentina se coronó campeón.


 
¿Cuál viene siendo  la razón de ser del CAGER desde entonces?
 
Según se lee en su estatuto la entidad tiene por objeto: “Asociar el mayor número posible de empresas y fomentar entre ellas el espíritu de solidaridad y de ética, en salvaguardia y defensa de la responsabilidad de su cometido; proporcionar a los asociados, creando para ellos los organismos necesarios, un instrumento legal, informativo y técnico capaz, para facilitar el desenvolvimiento de sus actividades; e intermediar y gestionar con autoridades nacionales, provinciales, municipales y entidades vinculadas en pos del reconocimiento y apoyo de las actividades”.
 
De este modo, al momento de cumplir su tercera década el Centro de Acopiadores de Granos de Entre Ríos proporciona formularios, gestiona ante estamentos gubernamentales, ofrece instructivos para la utilización de formularios, procedimientos comerciales, impositivos y laborales, asesora e informa sobre el comercio de granos, registra operaciones primarias a fin de obtener la devolución del IVA y realiza auditorías.
 
Sin embargo, CAGER ha logrado no sólo concretar los objetivos que motivaron su conformación sino que los ha trascendido ofreciéndose como un espacio de asesoramiento, intercambio y participación multi e interdisciplinaria, que cubre las demandas de sus asociados en diferentes materias. Para esto se ha valido de dos elementos: la Comisión Impositiva y el Equipo de Colaboradores.
 
La Comisión Impositiva es un grupo de profesionales entusiastas que regularmente se reúnen en la sede institucional para intercambiar opiniones, evacuar dudas, ofrecer y recibir capacitación, consolidando uno de los valores que caracteriza al CAGER: el trabajo colaborativo de los asociados y la comunidad. Una reunión habitual de Comisión Impositiva congrega setenta asistentes.
 
Este equipo de colaboradores está conformado por profesionales de la abogacía, las ciencias económicas, la administración de empresas, los recursos humanos, la comunicación y la psicología, que trabajan para completar un abordaje integral de las problemáticas inherentes a los acopios, sus dueños y sus trabajadores. Con el asesoramiento de los colaboradores se realizan auditorías amigables en pos de la optimización de las personas y los procesos de trabajo del sector.
 
El secreto de CAGER
 
Al respecto, Jonatan Walfisch, quien ha sido gerente durante los últimos diez destacó que “el secreto del CAGER ha sido saber mantenerse funcionando con un staff mínimo (además de mi puesto, está Lidia Vedoya, que ha estado con nosotros por veinte años) y conseguir la colaboración y participación de la comunidad, especialmente la flexibilidad que la institución siempre ha tenido para recibir profesionales jóvenes, con ganas de trabajar y progresar, que comparten sus conocimientos y dedican tiempo ad honorem.  Sin lugar a dudas, todo esto ha sido posible por la capacidad de adaptación y de visión a mediano y largo plazo de sus distintas Comisiones Directivas”.
 
Uno de los sueños cumplidos del CAGER fue la sede propia. Después de transitar distintos espacios la casa ubicada en el 515 de la calle principal de la ciudad de Paraná es el lugar de encuentros donde se comparten reuniones, asambleas, capacitación y también asados. El lugar cuenta con dos salas de usos múltiples equipadas, oficinas, un patio de verano y un quincho con cocina.


 
CAGER va por más
 
“Ahora vamos por más -asegura el flamante presidente Martín Beglinomini-. Nuestra entidad se encuentra en un momento de expansión y adaptación al contexto reinante. Este  año ha sido uno de los más duros de los últimos tiempos debido a las grandes pérdidas ocasionadas por la cosecha, y el contexto nos impone el desafío de la creatividad para la subsistencia y, por qué no, el crecimiento”.
 
En concreto, Beglinomini explicó que “una de nuestra estrategias es aliarnos con entidades educativas para ofrecer capacitaciones y espacios de aprendizaje real, directamente vinculado con el trabajo en acopios y las necesidades en capacitación que el sector necesita. Una fortaleza importante es el hecho de no tener compromisos de pago pendientes y haber aprovechados los tiempos de vacas gordas para capitalizarnos. La solidez del trabajo realizado nos permite anticipar un aumento en el número de asociados y eso, sin lugar a dudas, genera posibilidades de mayor vinculación y expansión“.
 
Las personas, el mayor capital
 
Las entidades no serían nada sin las personas que les dieron vida aportado dedicación y fe en que podían salir adelante. Sin dudas una institución en sí mismo para el CAGER es Don Herminio Bellatti. Con 79 años, Don Herminio ha sido un colaborador incansable de la entidad y otras instituciones como la Bolsa de Cereales, la Cámara Arbitral y la Cooperadora del INTA. “Se podría decir que es la biblia abierta del Centro de Acopiadores y reservorio de anécdotas, experiencias, tragos dulces y amargos”, describió Beglinomini.


Otras dos personas que fueron, son y serán muy significativas para la historia de CAGER son Dante Quinino Tropini  y  Atilio Benedetti. “Don Dante, quien fue socio fundador y presidente, era un hombre derecho y de palabra. Atilio, presidente también, trabajó siempre sin ego. Eso marcó una diferencia”, recuerda Bellatti, para agregar con lágrimas en  los ojos: “Yo le prometí a Atilio que antes de retirarme íbamos a tener techo propio y así lo hice”.
 
Enamorado de CAGER, Bellatti también reconoce que hay falencias: “La trampa principal que tiene el acopio en Entre Ríos es la falta de confianza entre los acopiadores. Si hay confianza se pueden hacer muchas cosas positivas, como por ejemplo, compras corporativas que son de beneficio mutuo. Este sistema se emplea en Córdoba y Santa Fe, mediante la participación en la Cooperativa de Acopiadores Federados. A nosotros no nos funcionó justamente por eso, la desconfianza”.
 
La palabra de un fundador
 
Lamentablemente Don Dante Tropini ya no está en este mundo pero sí Atilio Benedetti, por lo que una charla con él era infaltable.
 
Al preguntarle sobre sus comienzos en el acopio respondió de forma inesperada: “Me incorporé al Centro uno o dos años después de su inauguración. Yo me había iniciado en el comercio de granos en el año 1985 y creo que la razón fue que, como todo era nuevo y la complejidad administrativa e impositiva era creciente, busqué asociarme a pares, a empresas que estuvieran en una situación similar. Luego nuestro país empezó a sufrir una crisis severa, el estado se había desfinanciado, los commodities valían muy poco, tuvimos hiperinflación. Creo que nos unió la crisis, la necesidad de reflexionar y buscar caminos”.

Al cumplir sus primeros 30 años, el centro mantiene y fortalece sus preceptos fundacionales: “Hoy asiste formativa e informativamente a sus asociados; y lo hace bien. También es un actor importante que actúa de puente con otras entidades, el gobierno y la comunidad.”
 
Un cartel estratégicamente ubicado en la oficina de gerencia reza: “A los grandes proyectos los sueñan los locos geniales, los ejecutan los luchadores tenaces y los disfrutan los felices mortales”.
 
Habiendo transcurrido 30 años, CAGER disfruta de los soñadores geniales que abrieron surcos, sembraron y cuidaron la semilla para que hoy todo la familia del acopio entrerriano esté cosechando los frutos. ¡Feliz aniversario!.
Medio de comunicación
Centro de Acopiadores de Cereales de Entre Ríos

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