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suba de los precios de los granos en Argentina, producto de la eliminación de retenciones al maíz y su baja para la soja, combinado con la disminución del petróleo que arrastró a todos sus derivados, configura un escenario ideal para que los productores argentinos aumenten las inversiones en insumos, principalmente fertilizantes.
 
Esa fue una de las conclusiones que arrojó una charla que brindó el economista de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Gonzalo Agusto, en el marco de una jornada organizada por la regional Río Segundo de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), y que precisamente hizo foco en la fertilización.
 
Cálculos
“Es un buen momento para invertir en insumos”, recomendó Agusto a los 150 productores, asesores e ingenieros agrónomos presentes en el salón La Legua, de Río Segundo.
 
Aun cuando los precios internacionales tengan una perspectiva estable a bajista, el tobogán descendente de los insumos hace muy atractivo invertir en éstos.
 
Por ejemplo, en cuatro años, la urea bajó de 650 dólares la tonelada a 335 dólares; mientras que los fostatos disminuyeron de 750 a 510 dólares en el mismo lapso.
 
Por eso, la relación insumo/producto; es decir, el poder adquisitivo de los granos, mejoró notoriamente: hace un año, un productor de maíz necesitaba 50 quintales para comprar una tonelada de urea granulada, y 65 quintales para adquirir fostato diamónico; ahora, sólo requiere 21 y 32 quintales, respectivamente.
 
 
La relación también mejoró para la soja, aunque en un nivel menor debido a que los derechos de exportación sólo se redujeron cinco por ciento: para urea, bajó 40 por ciento (de 22 a 13 quintales) y, para fosfato, 29 por ciento (de 28 a 20 quintales).
 
 
En general, la relación insumo/producto bajó 47 por ciento para el maíz; y 34 por ciento, para la soja; y no sólo beneficia a los fertilizantes: también se redujo el costo de comprar semillas, glifosato, gasoil o el flete a puerto.
 
 
“En este marco y comenzando la siembra estival 2016/17, el productor agrícola se encuentra ante una buena oportunidad para incorporar tecnología a los cultivos luego de varios años donde la rentabilidad ajustada le imposibilitaba fertilizar de manera adecuada, apostando a una mayor cantidad y calidad de la producción, así como a la sustentabilidad del sistema productivo”, resumió Agusto.