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Mientras el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, adelantó hace una semana que la propuesta de ley de semillas que elaboró el ministerio de Agroindustria traería soluciones a la cadena productiva, las “diferencias” hacia el interior de la “familia” productiva se hace más evidente.
 
La Asociación de Semillerons Argentinos (ASA) había manifestado su desacuerdo con la propuesta de Agroindustria que se dio a conocer en el seno de la Conase, y que sería la iniciativa rubricada por el Presidente Macri.
 
Como lo había hecho la Federación Agraria hace poco más de un mes, la ASA presentó en Diputados su propia propuesta de ley, dos días después de que Macri formulara el adelanto y de que su ministro Buryaile asegurara que las “diferencias” entre la cadena debían ser resueltas en el Parlamento.
 
El escenario para la sanción de una nueva ley de semillas se complica más por cada día que pasa. En poco más de un mes, las comisiones de Diputados darán por concluido el periodo ordinario de sesiones. Los proyectos que no estén dictaminados al 20 de noviembre quedarán para el año próximo.
 
Un mes y poco es un suspiro en los tiempos administrativos del Poder Legislativo, con el agravante de que el proyecto del Ejecutivo todavía no tiene ingreso formal, aunque es de esperar que tras los anuncios del pasado lunes no se dilate más la presentación.
 
Luego habrá que encarar la discusión de los proyectos, tanto el que mande el Ejecutivo como los que ya están presentados por parte de los legisladores, entre ellos uno del propio presidente de la Comisión de Agricultura, Gilberto Alegre.
 
Como si esto fuera poco, 2017 es un año electoral bastante más intenso que las elecciones de medio término habituales. El año próximo definirá la consolidación del oficialismo en las legislativas, y tendrá las características de una interna peronista en la provincia de Buenos Aires con el horizonte en el 2019.