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Por Alejandro Rollán.- En la agricultura tradicional, la palabra nube remite, por lo general, a la posibilidad de la ocurrencia de alguna lluvia. En la agricultura moderna, el término ha incorporado un nuevo significante: el lugar virtual donde se almacenan datos agronómicos para la toma de decisiones.
 
Como usuario desde hace más de 15 años de herramientas de agricultura de precisión, Iván Lubatti ha comenzado a incorporar este nuevo significado.
 
En un reciente viaje a Estados Unidos, donde visitó el Farm Progress Show, el productor de Oliva que trabaja dos mil hectáreas arrendadas –todas bajo un modelo de prescripción de datos– adquirió un dron para el monitoreo de los lotes.
 
“Me permite, a través de una aplicación bajada en mi celular, tomar fotografías y videos sobre el estado de los lotes, para luego en función del diagnóstico tomar determinaciones”, afirmó Lubatti en diálogo con Agrovoz .
 
El productor, que además es ingeniero agrónomo, participó del 15° Curso de Agricultura y Ganadería de Precisión con Agregado de Valor en Origen, que el Inta Manfredi organizó esta semana en su experimental. “La capacitación que aportan este tipo de eventos para el uso de las herramientas es fundamental, no solo para poder manejar los equipos sino también para poder interpretar los datos y tomar decisiones al respecto”, reconoce. No es la primera vez que Lubatti concurre al tradicional curso en Manfredi, que en esta edición reunió a más de 50 conferencistas y a 70 empresas de maquinaria agrícola con equipos de precisión. Su experiencia a campo tiene también muchas horas de capacitación, en especial en mapeo, y en la lectura de bibliografía específica, además de viajes y talleres especializados.
 
Del lote la ambiente
 
El avión no tripulado, un Phantom 4, se suma a la dotación de máquinas precisas de uso agrícola que Lubatti viene conformando desde el año 2000.
 
“Comencé con un monitor de rendimiento para hacer los primeros mapas”, recuerda. En ese año, su pantalla incorporada en la cosechadora era una de las 400 que había en todo el país. Hoy ese número creció a más de 10.500 monitores instalados, según cifras del Módulo de Agricultura de Precisión del Inta Manfredi.
 
En 2006, la forma de hacer agricultura se planteó por 
ambientes, con la incorporación de una sembradora Agrometal de 16 surcos, y equipamiento 
Verion para dosis variable de 
semilla y fertilización.
 
“Es un equipamiento que permite, a partir de una prescripción, ser más eficiente en la colocación de los insumos en el lote”, justifica el productor.
 
Hace dos años, la siembra inteligente incorporó mayor capacidad de trabajo, con la compra de una sembradora neumática de 18 surcos para grano fino y grueso. También equipada con dosificación variable para siembra y fertilización.
 
“Además de ganar en ancho de trabajo se simplificó el uso de monitores a través de uno solo”, explica Lubatti.
 
Eficiencia continua
 
Si bien su modelo productivo es trabajar campos arrendados, tiene como estrategia aplicar en todos los lotes agricultura de precisión.
 
“En general en casi todos los lotes, como hay una amplia historia de mapeo, ya tenemos las prescripciones por ambiente. En los lotes que tomamos por primera vez hacemos un muestreo de suelo y con la ayuda de una imagen satelital hacemos una prescripción para delimitar los ambientes”, explica.
 
El paso posterior es definir la variedad o el híbrido (sea el lote con soja o maíz) y el planteo de fertilización.
 
“A la densidad variable le agregamos una reposición de fósforo tratando de incorporar lo que sacó el cultivo anterior”, acota a modo de ejemplo.
 
Junto con el Inta en un campo en la zona de Pampayasta, Lubatti sigue perfeccionando la técnica de la dosis variable en un planteo de rotación.
 
“Se trata de un lote con mucha variabilidad, donde hemos logrado sostener los rendimientos en los mejores ambientes y aumentar la productividad en aquellos que eran inferiores”, destaca.
 
Con la empresa Monsanto también está llevando a cabo un ensayó para ver los resultados de la siembra variable, en comparación con varias parcelas testigos. El objetivo: variar la densidad de siembra del maíz de acuerdo con los ambientes que presenta la región centro de Córdoba.
 
Más allá de las ventajas probadas que tiene el uso de la agricultura de precisión, Lubatti aclara que la herramienta no ofrece resultados directos. “Sus beneficios son indirectos. Es una parte del sistema que ayuda a hacer más eficiente la producción”, aclara. “Requiere de más seguimiento y de un conocimiento de los lotes para la toma de decisiones. No todos los productores y técnicos están convencidos de esta tecnología”, admite.
 
Las labores de siembra y de cosecha en los campos de los departamentos Tercero Arriba y Río Segundo, las realiza con equipos propios. En cambio, para los lotes ubicados más al sur contrata los servicios, por una cuestión de distancia. “Nosotros prescribimos los lotes y luego es el contratista el que hace el trabajo en forma variable. El secreto es que esté bien calibrado el monitor en la cosechadora para hacer buenos mapas. Con esa información, sumado a imágenes satelitales, se van amando los ambientes que se terminan de ajustar con un análisis de suelo”, describe.
 
Lo que viene
 
Ya cuando adquirió la última sembradora, el productor se quedó con las ganas de incorporar un equipo con corte por sección. “Es una tecnología muy buena, es especial en lotes chicos para no superponer insumos”, justifica.
 
Mientras espera la llegada al mercado de las sembradoras con trenes de siembra eléctricos, cuyo desarrollo nacional podría estar listo en los próximos dos años, Lubatti no tiene dudas de las ventajas que aportará este sistema. “Se va reducir la presencia de los sistemas hidráulicos en las sembradoras y se va a aliviar la potencia. Hacia ahí vamos a ir en el próximo cambio de sembradora”, asegura.
 
Con esta tecnología también harán su arribo las sembradoras que permitan el corte por sección por surco, una versión mejorada de lo que hoy existe, que incluye esa opción en varios cuerpos de la sembradora. “En Estados Unidos ya trabajan sembradoras que cortan por sección en un surco”, agrega Lubatti.
 
La empresa Precision Planting ya tiene sembradoras en el país del norte con trenes de siembra con doble dosificador. El equipamiento permite, por ejemplo, usar en un lote de maíz dos híbridos diferentes para dos ambientes bien definidos. “En su momento hicimos en un mismo lote soja y sorgo que, con el corte de la sembradora, se incorporaba en los ambientes más deficitarios. Ahora se trata de un doble dosificador electrónico que al cortar uno arranca el otro”, compara el productor.
 
Las tareas de pulverización son las únicas tercerizadas ciento por ciento en el modelo de Lubatti. A su juicio, el futuro del control de malezas pasa por el uso de sensores de índice verde para la aplicación selectiva de herbicidas. Afirma que esta tecnología, ya disponible el país, tiene un impacto ambiental beneficioso y permite un ahorro, en algunos ambientes, de hasta más del 80 por ciento en productos químicos.