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Los productores chaqueños, se animaron a apostar por la siembra de girasol, en momentos en los cuales todo hace prever que será una campaña que marcara récord, con poco más de 381.000 hectáreas
 
Para llevar adelante las labores de siembra, en el segmento de los pequeños y medianos productores, un total 638 chacareros que manifestaron su intención de sembrar girasol, de los cuales sólo 190 no tienen deudas con Fiduciaria del Norte, han podido avanzar en esta misión. Por decisión del gobernador Domingo Peppo fueron incluidos en la operatoria aquellos con deudas menores a cinco años
 
La asistencia demandará un desembolso de 50 millones de pesos y consistirá en 1.250 pesos por hectárea, de los cuales el 50 por ciento será en gasoil y el otro 50 por ciento en insumos.
 
La quita de retenciones ayudó
 
Después de varios años, el productor vuelve a sembrar girasol sin retenciones. De esta manera "estamos entrando en la normalidad, hay optimismo y las perspectivas son otras pero tampoco debemos confiarnos en el buen precio que se está indicando ahora, en este momento de siembra en nuestra provincia", comenta el productor y prestador de servicios agropecuarios Ernesto Iván ante la consulta de NORTE.
 
El valor del girasol es de u$s 350. Sin embargo, para diciembre, que es el mes de inicio de nuestra cosecha el precio baja a u$S 270. "Sabemos que este mercado es poco transparente y en el momento de cosecha se pagan precios muy inferiores a la capacidad de pago", dice Iván. En el girasol, la comercialización está concentrada en pocos compradores y esto perjudica al productor.
 
Las últimas lluvias acompañaron el buen desarrollo de las plantas y todo vislumbra una futura cosecha récord.
 
Más girasol, más rentabilidad
 
De cualquier manera el girasol puede llegar a ser un buen negocio. La quita de retenciones hizo mejorar la rentabilidad y va a ganar terreno en el país. Se estima un aumento del 30% del área de siembra a nivel nacional. Este incremento tal vez no se vea reflejado con toda intensidad en el Chaco, más allá de que se sembró más de lo previsto y aún falta hasta mediados de septiembre para continuar con esta labor, debido a la escasa oferta de semilla en el momento oportuno.
 
Lo que sí se sabe es que las precipitaciones en el área de siembra van a aumentar y se podrán recuperar hectáreas que habían quedado fuera del circuito agrícola en estos últimos años por la mejora de la rentabilidad en este cultivo.
 
Se observan cambios en el negocio de los arrendamientos, quedaron muy pocos alquileres en manos de grupos de siembra y los arrendatarios pasaron a ser medianos productores con menor poder adquisitivo y fue cambiando la forma de pago que está establecida en mayoría a porcentaje, sobre soja.
 
¿Cómo fue la última campaña?
 
El Chaco cosechó poco más de 405.000 toneladas de girasol en la última campaña 2015/2016 según datos del Ministerio de la Producción, con rindes promedios de 1.779 kilos por hectáreas.
 
En todo el territorio provincial se implantaron cerca de 240.000 hectáreas de girasol, de las cuales se cosecharon 227.945 hectáreas con un rinde promedio de 1.779 kilos por hectárea, haciendo un total aproximado a las 405.514 toneladas.
 
Hubo rindes desparejos, determinados por el factor climático, dado que en zonas donde no se registraron precipitaciones, los rindes fueron muy bajos.
 
Chaco alcanzó con muchas dificultades las 240.000 hectáreas sembradas, 58 mil más que en la anterior campaña 2013/2014. Para entender mejor la situación, es necesario establecer una lectura de lo que vino sucediendo con las campañas.
 
En la campaña 2012/2013 batió su propio record histórico de producción con una superficie implantada de 446.950 hectáreas, y se cosecharon 782.163 toneladas con un rinde aproximado a los 1.750 kilos por hectárea.
 
De esta manera, la provincia había marcado un hito histórico en cuanto a la producción de este cultivo, que se dió en una circunstancia muy particular, dado que el fracaso, con pérdidas millonarias ocasionadas en la campaña 2011/2012 a raíz de la sequía, malogrando las cosechas de girasol, soja, maíz, sorgo y algodón, por lo que sembrar girasol fue una alternativa que tuvo el productor para recuperar algo de lo perdido en la una de las campañas más negativas que tuvo el Chaco.
 
Es decir, el girasol, para los chaqueños, era como una rueda de auxilio para un vehículo, pero con los precios internacionales y la quita de retenciones, paso a ser un cultivo que puede generar ganancias al productor.