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El expresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Mario Blejer, consideró que “la Argentina no enfrenta un escenario de crisis, sino de tensión”, en el marco de las jornadas de Agrovoz en el complejo Dinosaurio Mall.
 
Cabe recordar que este economista fue consignado varias veces como candidato a ministro de Economía o presidente del Banco Central durante la gestión de Cristina Fernández.
 
La experiencia de Blejer, para llegar a la conclusión a la que arribó, es relevante: encabezó el Banco Central entre 2001 y 2002, “cuando la Argentina se hundió, y esto no es parecido ni semejante”, según enfatizó.
 
Coyuntura complicada
 
De todos modos, el economista enumeró cuáles son los problemas más importantes que afronta el país: una combinación de inflación alta con contracción del producto bruto, a raíz del intento de reconstruir los desequilibrios macroeconómicos en el menor tiempo posible.
 
“El Gobierno actual recibió una economía extremadamente desequilibrada y se trató de corregir rápidamente con instrumentos correctos pero una dosis sobrecargada”, fue el diagnóstico de Blejer.
 
El principal obstáculo, según su mirada, es que se intentó resolver simultáneamente el atraso tarifario y cambiario y las demandas de los jubilados, “cuestiones que ponen presión al alza en los precios”. De todos modos, insistió en que “todo esto es un problema de transición. Las medidas tomadas eran necesarias, las dosis de políticas contractivas no fueron las adecuadas, pero sí su dirección”.
 
Más inversión
 
Al hablar del mediano plazo, Blejer destacó que el mayor desafío que enfrenta el Gobierno es mantener un rápido crecimiento con estabilidad financiera y monetaria, lo que implica eliminar la inflación.
 
De acuerdo a su punto de vista, aumentar la inversión es la llave principal para lograrlo. “La caída de las tasas de inversión es, probablemente, el descarrilamiento más grande que tuvo la economía. Tiene que llegar a representar entre 24 y 25 por ciento del PBI, y hoy estamos por debajo del 18 por ciento”, evaluó.
 
Y añadió: “Es un esfuerzo tremendo que debe hacerse; Argentina ha venido devorándose su capacidad instalada, debido al modelo que se venía utilizando basado en el consumo y no en la inversión”.
 
Consideró esencial trabajar en incentivos para atraer inversiones porque “el verbo invertir no se puede ordenar, es una decisión voluntaria del inversor”. De lograrse esto, Blejer confía en que, pese a que la economía se contraerá este año, puede recuperarse “rápidamente” en 2017 y que el PBI subiría hasta un 4 por ciento.