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Por Patricio Eleisegui.- "Con las tarifas y la devastación del sistema eléctrico, obviamente que vamos a tener problemas a fin de año. Estamos creando la Ley de Defensa Civil para que esto sea programado y organizado".
 
"La gente tiene que saber que cuando no se pagan las tarifas, no se renueva el sistema eléctrico. Hay enormes problemas de infraestructura, se ha abandonado el desarrollo del sistema, hay mayor consumo y, en consecuencia, lo estamos tratando de enfrentar conjuntamente con el Gobierno para que haya una defensa civil".
 
Tales afirmaciones no pertenecen a un improvisado. Tampoco a un economista que busca sembrar temor en la sociedad.
 
Salieron de boca de Elisa Carrió, quien adelantó que, incluso, "va a ser necesaria la colaboración de las Fuerzas Armadas para tareas logísticas".
 
Sus advertencias no hacen más que anticipar lo que viene y, por cierto, son compartidas por varios funcionarios del Gobierno, que prevén que el clima caluroso persistente traerá una "ola de apagones".
 
Los cortes de luz, a raíz de la crisis energética, volverán a pintar una postal de tono dramático apenas comience a elevarse la temperatura en los termómetros.
 
Tal como aseguraron a iProfesional fuentes oficiales, "desde ahora se está delineando la estrategia para hacer frente al mal humor que esto generará en la sociedad".
 
Una sociedad que, para ese entonces, "se habrá olvidado de la herencia y estará pagando mucho más por un servicio ineficiente", añadieron. 
 
Otra vez, aseguraron, el ministro Aranguren tendrá que salir a decir que él había avisado que resolver la escasez de energía iba a demorar como mínimos dos años.
 
El problema es que deberá hacerlo cargando a cuestas con el desgaste que le trajo las idas y venidas del tarifazo y con una fuerte caída en su imagen.
 
Sobre este último punto, al día de hoy -sin que los cortes de luz hayan comenzado- rankea peor que Cristina Kirchner.


 
Aranguren se ubica anteúltimo en la tabla de dirigentes. Sólo a De Vido le va peor que a él, según una investigación de Management & Fit.
 
 
Yo te avisé
 
"Las empresas destinaron fondos pero sólo para tapar algunos baches en el suministro. No pueden hacer un arreglo integral si no les habilitan los aumentos", aseguró a este medio un asesor del ministro Juan José Aranguren.
 
"Igual, por más plata que pongan, es imposible solucionar en menos de un año todo el desmadre que nos dejó el kirchnerismo”, completó.
 
También Marcos Peña, jefe de Gabinete, auguró otro fin de año a la luz de las velas, a raíz de lo que él denomina "la destrucción del sistema energético" ocurrida durante la última década.
 
Esto, sumado al freno a los aumentos, llevará a la sociedad a tener que  "vivir otro fin de año con nuevos cortes de luz", dijo.
 
Cerca de Aranguren señalan que se combinarán dos inconvenientes:
 
-El estado calamitoso de las redes de las distribuidoras, entre ellas las de Edenor y Edesur.
 
-La escasez de energía, producto de una oferta que en jornadas de calor intenso no alcanzará para cubrir la demanda.
 
"Hoy día se está funcionando con la producción a pleno. Ni siquiera contamos con la reserva técnica del 20% que se recomienda en cualquier país", advirtió a iProfesional una fuente de Cambiemos, que prefirió no ser mencionada.
 
"Aun sin que haya calor, toda la energía que hay se está usando", sostuvo, al tiempo que vaticinó que "cuando no alcance lo que se hará es interrumpirle el servicio a las industrias".
 
El Gobierno ya se empezó a ocupar de este tema, pese a que sigue con su otro ojo puesto en el devenir de las tarifas, audiencias de por medio.
 
Por lo pronto, volverán a apelar a los generadores "anti-apagón" y a las "usinas delivery" que fueron contratadas por el kirchnerismo en el segundo semestre del año pasado.
 
Se trata de hasta 30 pequeños y medianos equipos dispuestos para mantener el abastecimiento energético en puntos críticos de la Capital Federal, la provincia de Buenos Aires, Córdoba, el noreste del país y la provincia de Santa Fe.
 
 
Inversión suspendida
 
Las compañías que se ocupan de llevar la electricidad a los hogares reconocen el frenazo en los planes de inversión pautados para este año y señalan que es consecuencia directa de los avatares del tarifazo.
 
"Se diseñó un plan de trabajo acorde a un nuevo marco de precios. Se empezó a ejecutar pero luego, como finalmente se trabó la suba de tarifas, fue suspendido", confió a iProfesional un ejecutivo vinculado a Edenor.
 
Según la fuente, la compañía sólo invirtió $1.020 millones. Es decir, la tercera parte de los $3.200 que anunció para este año.
 
"Eso fue ejecutado en los primeros cinco meses. Se dejaron de percibir ingresos y entonces hubo que congelar el plan de mejoras. Más aun, mirando hacia adelante la compañía ni siquiera sabe cómo hará para pagar los salarios", confió sin ocultar su preocupación.
 
En Edenor alegan que la incertidumbre que recae sobre el futuro de la distribuidora radica esencialmente en que "hace 12 años que percibe la misma tarifa".
 
"A esta altura del año pasado la empresa había invertido unos $600 millones, sobre un total de $2.400 millones que se volcaron al tendido. Este 2016 se podría haber avanzado mucho más, de no ser por las trabas judiciales a los nuevos importes", indicó el vocero consultado.
 
En la distribuidora reconocen que aun si se destrabare el tarifazo, los tiempos para mejorar la red de distribución se prolongarán al menos un año.
 
Hay otras cuestiones que suman complicaciones, como el desarrollo de diferentes emprendimientos inmobiliarios que se han agregado a la Ciudad en estos años y cuyo funcionamiento depende totalmente del suministro de luz.
 
"En la última década comenzaron a funcionar en Capital Federal más de 7.000 edificios nuevos que operan sólo con energía eléctrica. Ninguno tiene instalación de gas", aseguró un vocero de la firma.
 
Y añadió: "Cada edificio que se incorpora provoca un brote extra en la demanda. Contra eso, y recaudando cada vez menos, la compañía no puede hacer demasiado", expresó.
 
Del lado de Edesur, el panorama es similar al de su par en cuanto al freno en los desembolsos.
 
"Hasta tanto no se resuelva la cuestión legal, la empresa mantendrá una velocidad lenta en inversiones para la red", reconocieron desde la distribuidora ante la consulta de iProfesional.
 
Aseguraron que la compañía este año pensaba destinar hasta $2.500 millones para mejorar el tendido. Pero, a raíz del revés en la suba tarifaria, ese monto cayó directamente a los $1.200 millones.
 
"El año pasado y el anterior mantuvimos algunas pautas de inversión con aportes del Gobierno. Ahora todo es diferente", indicaron desde Edesur.
 
En la distribuidora argumentan que si todavía no se sabe cómo afrontar el pago de sueldos a partir de octubre, mucho menos se puede pensar en concretar mejoras en la red urbana.
 
"Si no se resuelve la cuestión judicial en un mes o dos, no podremos pagar los sueldos y vamos a la quiebra", fue la advertencia del propio CEO de Edesur Maurizio Bezzecheri.
 
"Hay actividades de mantenimiento o ampliación que hoy en día son directamente inviables. A eso tenemos que sumarle las complicaciones que venimos teniendo con los gremios", aseguró una de las fuentes consultadas quien, por otro lado, no ve un horizonte de mejora en el servicio de aquí a dos años.
 
 
Termómetro y salvataje
Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación y actual director de YPF, reconoció a iProfesional que si la temperatura sube a los 35 grados durante dos o más días consecutivos, los cortes serán inevitables.
 
"El inconveniente antes que en el pico está en el consumo elevado de manera sostenida. Probablemente una suba impensada a 36 grados no haga colapsar la red, pero eso sí sucederá si tenemos que lidiar con varias jornadas de calor intenso", indicaron desde Edenor.
 
En ese escenario de fuertes calores prolongados, "vamos a estar frente a una situación dramática y con cortes obligados", advirtió Apud.
 
El experto expresó que si la demanda es elevada y prolongada en el tiempo, el problema de la generación se extenderá a la distribución.
 
"Contra eso, dadas las inversiones que faltan, no queda mucho por hacer", sostuvo Apud.
 
Además consideró que "se puede responder a los apagones con más cuadrillas en la calle, pero eso también tiene su límite, porque faltan repuestos esenciales para algunas reparaciones".
 
De acuerdo con datos aportados a este medio por el Sindicato de Luz y Fuerza, el consumo viene aumentando a una tasa del 7% anual desde 2013.
 
Este aspecto es clave para entender cuánto ha desmejorado la prestación: mientras que en 2010 se tardaba 11 horas promedio en reestablecer el suministro, ahora se requieren de unas 30 (horas).
 
¿Cómo se vive este presente incierto en las empresas? "Los asesores de Aranguren nos pidieron que evaluemos las consecuencias económicas que están teniendo las medidas judiciales”, aseguraron desde Edenor.
 
En la distribuidora afirman que, de mantenerse el actual contexto, será el Estado el que tenga que salir a aportar los fondos suficientes para que puedan pagarse los sueldos de los empleados.
 
Por el lado de Edesur, voceros de la firma reconocieron que están en contacto permanente con el Gobierno para ir preparando el terreno de cara a lo que viene.
 
Por lo pronto, el panorama luce tenso y preocupante. Para peor, no hay mucho que pueda hacerse para sortear los apagones, salvo rezarle al clima.
 
Los termómetros serán los que irán midiendo no sólo las temperaturas, sino además el malhumor social.