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Por María Jimena Alesso (Agrofy News).- El 24 y 25 de agosto, se llevó a cabo una vez más el Simposio de Sorgo organizado por AIANABA en la localidad de Pergamino. Con un amplio y completo programa de charlas y disertaciones, los presentes abordaron al cultivo de sorgo desde sus más recónditas aristas.
 
Uno de los disertantes fue el Médico Veterinario Leandro Abdelhadi quien profundizó en el cultivo desde tres perspectivas: como forraje, como silaje y como grano. En entrevista exclusiva con Agrofy News, el especialista habló de esto y de mucho más.
 
SORGO VS. MAÍZ
Para arrancar, el Médico Veterinario, apuntó sobre los modelos conservadores que los productores llevan a cabo. “Hay una brecha muy grande entre lo que hacemos y el potencial que tiene el sorgo. Hoy seguimos haciendo sorgo como en 1960”, explicó y añadió que se piensa que hacer sorgo consiste en sembrar una semilla barata, que no necesita control de malezas ni fertilidad y que el rendimiento lo define la naturaleza.
 
“En realidad ya se ha comprobado que al sorgo le gusta tanto el nitrógeno como al maíz, tanto el fósforo como al maíz y el control de malezas como al maíz”, sostuvo en diálogo exclusivo, y fue por más: “De hecho, si le damos todo esto y se presentan situaciones iguales, el sorgo hasta puede dar más que el maíz”.
 
UN CULTIVO, TRES USOS
De acuerdo a los dichos del especialista, el cultivo de sorgo puede ser pensado dentro de tres estrategias diferentes: como forraje, ensilado o grano. Por cada una de ellas, el Médico Veterinario dedicó un párrafo aparte.
 
“El sorgo entra en las estrategias de producción ganaderas con tres usos: de pastoreo directo, o sea como forrajero diferido; como suplemento del pasto, como ensilado o grano; o como dieta básica en la alimentación a través de dietas basadas en silo en un tambo o en grano en un feedlot”, comenzó diciendo Abdelhadi.
 
En cualquiera de las opciones, el especialista considera que el sorgo es un recurso muy interesante y para justificar su postura ejemplificó: “Como forrajero, el sorgo es una gran alternativa para resolver el requerimiento de una vaca seca preñada, principal motivo por el cual en Argentina producimos un ternero cada dos vacas por año”, manifestó en exclusiva, al momento que agregaba: “Las vacas paren flacas porque no comen en invierno. Con el sorgo, la vaca se alimenta en invierno, pare en buenas condiciones corporales, entra en celo y por ende tiene más posibilidades de preñarse”.
 
De acuerdo lo explicó el Méd. Veterinario, con este planteo se terminaría la creencia errada de que necesitamos más vacas. “En realidad, lo que necesitamos son mejores índices por vaca: más terneros por vaca”.
 
FALTAN MEDIDAS DE INCENTIVO
Consultado por el cambio de gobierno y las nuevas expectativas generadas a partir de ese momento, Abdelhadi fue categórico: “Creo que el gobierno abrió una ventana de esperanza hacia adelante, pero ahora necesitamos que engrane todo el sistema; faltan medidas más concretas de incentivo, por ilusión y esperanza ya producimos todo este tiempo, necesitamos transparencia y certezas”.
 
Y agregó: “Hoy no es un problema el número de vacas. Hoy el problema es con qué alimentamos a las vacas, porque haciéndolas comer mejor, podemos lograr muchos más terneros de los que tenemos. Si a esto le sumamos un mayor peso de faena, podríamos tener carne de sobra a dos pesos con cincuenta y exportar a los niveles que hacíamos hace 6 o 7 años. Hoy acá, las vacas se faenan cuando en Estados Unidos están ingresando a un corral para engordar; nosotros matamos un animal que lo que tiene por delante es expresar todo su potencial de carne”.
 
Tal como lo expresó el especialista, estar dentro de un escenario más lógico y de menos enfrentamientos, ya es un montón, pero no alcanza para incentivar la retención de animales. En palabras de Abdelhadi: “Para que tomemos esta decisión hoy, nos tienen que dar algo más que esperanza; no es poco que nos hayan quitado el pie de encima, pero para sumergirnos en este negocio, eso sólo no basta”.
 
En pocas palabras, el especialista en la materia instó a las autoridades a tomar cartas en el asunto, mostrarse más concretos en el tema y generar que el sorgo pase a primeros planos de una vez por todas.