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Con el objetivo de interiorizarse sobre el potencial de los proyectos científicos tecnológicos más destacados, Mauricio Macri –presidente de la Nación– visitó por primera vez el Instituto de Investigaciones del INTA en Castelar, junto con Ricardo Buryaile –ministro de Agroindustria–. Como anfitriones estuvieron Amadeo Nicora, Mariano Bosch y Héctor Espina, presidente, vicepresidente y director nacional del organismo, respectivamente.
 
Durante la visita, Macri mantuvo un encuentro con Andrés Wigdorovitz y Eduardo Favret –investigadores del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (Cicvya) y del Instituto de Suelos del Centro de Recursos Naturales, respectivamente– para “interiorizarse sobre desarrollos tecnológicos destacados” y sobre la posibilidad de convertir al instituto en un “polo de investigación agroindustrial”.
 
Macri destacó el prestigio y reconocimiento que tiene el INTA y aseguró: “Confío plenamente en el trabajo que realizan los investigadores”. En este sentido, ponderó las investigaciones y los desarrollos tecnológicos que se realizan en el INTA Castelar.
 
En este sentido, Nicora –quien lo acompañó en todo el recorrido– afirmó que “el Presidente está convencido que el sector agropecuario es el motor de la economía de este país y que el INTA juega un rol preponderante. Lo ha dicho así en todos los laboratorios que ha visitado”.
 
Mauricio Macri –presidente de la Nación– visitó por primera vez el Instituto de Investigaciones del INTA en Castelar.
 
De acuerdo con Nicora, “desde el INTA valoramos inmensamente que el Presidente se haya tomado una hora de su tiempo para hablar con nuestra gente y entender cómo funciona esta institución, que siempre definimos como una política de Estado y que hoy el presidente ratifica como el camino a seguir”.
 
“El INTA es una institución sumamente compleja que trabaja desde los umbrales de la ciencia hasta el desarrollo de los procesos productivos de los pequeños productores en los rincones más recónditos”, aseguró Nicora y aclaró: “En el medio de todo eso hay una complejidad inmensa que es difícil de comprender para quien no conoce a la institución”.
 
“Esta decisión de venir a visitarnos obedece a tratar de comprender cómo está funcionando esta institución que produce conocimiento”, resumió Nicora.
 
Macri destacó el prestigio y reconocimiento que tiene el INTA y aseguró: “Confío plenamente en el trabajo que realizan los investigadores”.
 
Para Wigdorovitz, “fue muy bueno poder contarle al Presidente de la Nación lo que hacemos todos los días y que, además, visite él en persona algunos de los lugares dónde se hace ciencia y tecnología”.
 
“Le contamos que estamos generando un espacio para lograr que nuestros desarrollos se conviertan en productos y eso es Bioinnovo”, expresó Wigdorovitz y dijo: “Yo me presenté como un emprendedor al que le gusta transformar los espacios, sobre todo, para que la investigación trascienda las fronteras del laboratorio”.
 
Bioinnovo es una empresa de capitales mixtos integrada por el INTA y el laboratorio veterinario Vetanco. Desde el Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA), mediante esta empresa público-privada, el INTA desarrolló huevos para combatir patologías que afectan a los animales de importancia productiva.
 
El logro posibilita transferir anticuerpos que protegen contra distintas enfermedades. La investigación, publicada en la revista Veterinary immunology and immunopathology, afirma que la “yema de huevo puede ser una potencial herramienta contra la infección por Rotavirus Bovino (BRV) cuando es administrada diariamente e inmediatamente luego del nacimiento, momento en el que la incidencia de ese virus es mayor”.
 
A su turno, Favret le explicó el trabajo que llevan adelante sobre biomimetismo. “Inspirados en la propiedad antiadherente del cascarudo pudimos desarrollar una superficie para herramientas de laboreo, que aumenta su rendimiento y ahorra energía”, indicó Favret quien resumió: “Los sistemas naturales trabajan con el principio de energía mínima que implica, básicamente, realizar el menor esfuerzo posible para mantenerse durante más tiempo y de un modo eficiente”.
 
El Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) cuenta con cuatro (4) Centros de Investigación y once (11) Institutos.
 
Del laboratorio a la sociedad
 
Ubicado en un predio de 650 hectáreas, el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) cuenta con cuatro (4) Centros de Investigación y once (11) Institutos, que ocupan 70.000 metros cuadrados de laboratorios y equipamiento de última generación, campos experimentales de producción vegetal y animal, boxes de mediana y alta bioseguridad para grandes animales e invernáculos de bioseguridad para organismos vegetales genéticamente modificados.
 
En el Centro trabajan 1.300 personas, de las cuales 700 son investigadores pertenecientes a INTA y a otras instituciones del Sistema Científico Nacional (CONICET, CIC, Universidades, MINCyT). Esta concentración de investigadores altamente calificados desarrolla sus proyectos y tecnologías principalmente en las áreas de biotecnología animal y vegetal, salud animal, protección vegetal, bioinsumos, agroindustria, mecanización, suelos, agua, floricultura, forestales, agroclima, nanotecnología y agroalimentos, orientados tanto a grandes industrias como a la agricultura familiar.
 
Las actividades de investigación se realizan en redes y proyectos bilaterales con instituciones nacionales e internacionales y en articulaciones público-privadas. Particularmente gran parte de los investigadores son docentes en carreras de grado y posgrado, quienes participan y coordinan proyectos de investigación con diferentes universidades tanto públicas como privadas.
 
El INTA tiene una larga trayectoria de articulación pública privada que se inicia en la década de los años 60 con la transferencia de variedades vegetales de las principales especies en cereales, oleaginosas, forrajeras y cultivos industriales. Más tarde el desarrollo de la vacuna oleosa contra la fiebre aftosa posibilitó la instrumentación del Plan Nacional de Erradicación de la enfermedad y luego continuó una extensa lista de productos resultante de la vinculación del INTA con el sector privado.
 
El CNIA es un  espacio ideal para generar tres ámbitos  de articulación: con instituciones del sistema científico-técnico, universidades e innovadores del sector privado.
 
La iniciativa de un Parque de Innovación Agroindustrial en el predio del CNIA permitirá ubicar en primer plano la capacidad instalada de investigación, desarrollo e innovación del sector agroindustrial que junto a otras instituciones públicas y universidades constituirá un fuerte atractivo para  las empresas innovadoras y desarrolladores de tecnologías.