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Alertan por falta de suministro

"Tarifazo" al tanque: se disparó el precio del GNC y se desploman conversiones por corte de suministro

Por el retoque en las tasas impositivas, el precio del metro cúbico que deben convalidar los usuarios se incrementó hasta 120%. A esto se suma el alza en el valor de los equipos. En el sector alertan por el cierre de estaciones y advierten que comenzó a faltar combustible en los puntos de expendio.
 
Fuente Imagen
Iprofesional
Hasta principios de año, el uso del GNC representaba una gran ventaja para quienes apostaban por esta alternativa.
 
Pero en la Argentina todo puede cambiar en cuestión de días. De hecho, esto fue lo que ocurrió: el precio del gas se disparó y, para agravar el panorama, se empezó a notar una creciente escasez en los puntos de expendio.
 
Así, un negocio que venía creciendo a tasas chinas terminó por evaporarse, como el de la conversión de vehículos a GNC, se desplomó a la mitad el mes pasado, según cifras del Ente Regulador del Gas.
 
Este derrumbe encendió las luces de alerta entre los empresarios del sector, que advierten que están en riesgo unos 50.000 empleos a lo largo de toda la cadena. Es decir, desde los que trabajan el estaciones de servicio hasta los operarios que fabrican estos equipos.
 
Las quejas de esta industria apuntan de manera directa al Ministerio de Energía que, en los últimos meses, aplicó una serie de políticas que perjudicaron al negocio, como los incrementos de precios y la quita de subsidios a los expendedores.
 
Por cierto, los ajustes en el valor del metro cúbico implicaron un verdadero golpe al bolsillo de los usuarios de GNC. No es para menos: en lo que va de 2016 el m3 pasó de estar $5 a cerca de $12, como sucede en algunos puntos de venta del interior.
 
Es decir que, en cuestión de meses, el precio se disparó cerca de un 120 por ciento.
 
Vale aclarar que en la Ciudad de Buenos Aires el impacto fue menor, ya que actualmente el valor en los surtidores no supera los $10. De modo que el ajuste para los usuarios porteños fue de hasta el 80 por ciento.
 
Más allá de estas diferencias, otras entidades del sector afirman que los cambios impositivos con los que avanzó el macrismo en el sector energético también impactaron sobre la cotización del m3.
 
Desde la cámara del GNC de Santa Fe hacen referencia al cobro de algunos impuestos -que antes brillaban por su ausencia- como una de las causas que afectaron a la actividad.
 
Concretamente, por decisión del ministro Juan José Aranguren:
 
-Antes, el GNC abonaba tasas inherentes al transporte y a la distribución.
 
-Ahora, las estaciones deben pagar un adicional por el gas que se extrae en boca de pozo.
 
Así, los estacioneros deben cubrir los gastos de logística para que este combustible llegue a los surtidores y, además, destinar un monto mensual para "bancar" la producción.
 
Las consecuencias fueron las previsibles: el precio del GNC acortó diferencias con el de la nafta como nunca antes.
 
Hasta fines del año pasado, el valor de la unidad de gas representaba el 30% del litro de súper. Hoy día, supera cómodamente el 50 por ciento.
 
"Normalmente cargo una vez por día, a veces dos. A principio de año, $70 me alcanzaban para circular sin problemas; ahora tengo que gastar unos $160", señaló a iProfesional un taxista a la hora de explicar cómo se hacen sentir los incrementos en su rutina diaria.
 
Esto -sumado a la incomodidad que genera el hecho de tener que parar una mayor cantidad de veces para cargar el tanque (por su menor autonomía)- redujo de modo sustancial las ventajas competitivas del gas.
 
Y estas variables terminaron por afectar los niveles de demanda. De acuerdo con datos suministrados a iProfesional por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA), la cámara que aglutina a los expendedores de todo el país, las ventas ya acusan un desplome del orden 20% en el año.
 
Brecha corta
 
Oscar Díaz, secretario de CECHA, reconoció que los empresarios vinculados con el negocio del GNC enfrentan una crisis que pone en riesgo una actividad que parecía seguras y libre de riesgos hasta diciembre pasado.
 
Desde el sector hablan de un "efecto tijera":
 
-Por un lado, la suba del precio le restó ventajas frente a las naftas y afectó el nivel de demanda.
 
-Por otro, la permanente suba de costos dañó la rentabilidad, a punto tal que los incrementos de precios parecen no ser suficientes.
 
"Lo que más preocupa a los empresarios es que aun con los recientes aumentos se está lejos de alcanzar un margen lógico de ganancia", advirtió Díaz.
 
En su visión, si esta actividad no recibe pronto una ayuda del Gobierno -y si además se pretende que no sigan cerrando más estaciones de servicio- entonces habrá que convalidar más aumentos.
 
Por otra parte, Díaz anticipó que las estaciones que no son duales -es decir, que no ofrecen GNC y combustibles líquidos- serán las más perjudicadas y son las primeras que deberán bajar sus persianas. 
 
Conversiones en caída
 
La reducción de la brecha entre nafta y el GNC a un nivel como hacía años no se veía se hace sentir directamente en el nivel de conversiones.
 
En junio, los traspasos se desplomaron nada menos que un 50% en términos interanuales: menos de 8.200 vehículos pasaron a operar con GNC.
 
Las conversiones en este último tiempo tuvieron la siguiente evolución:


 
 
Otro factor que está jugando en contra de la actividad se vincula con el incremento del costo de los equipos.
 
En ese sentido, la tecnología de quinta generación -presente en el 70% de los rodados que hoy circulan a gas- pasó de de valer $14.500 a fines de 2015 a más de $22.000.
 
Los instaladores consultados por iProfesional reconocieron que antes alcanzaba con recorrer unos 17.000 kilómetros para amortizar la inversión. Hoy día, en cambio, hay que transitar algo más de 21.000 kilómetros.
 
Un factor extra que incide sobre la instalación es el financiamiento: en los últimos tres meses desaparecieron las 12 cuotas sin interés.
 
Falta de suministro
 
La otra variable que preocupa a los empresarios nucleados en CECHA tiene que ver con la decisión del Ministerio de Energía -motorizada a través del ente regulador- de cortar la venta de gas durante aquellas jornadas en las que se registran picos en la demanda hogareña.
 
Durante las últimas semanas, el Comité de Emergencia de ese organismo restringió la comercialización de GNC. Sobre todo en distintos puntos del interior, a raíz de las complicaciones en la entrega del insumo desde Bolivia a la Argentina.
 
A fines de junio pasado se vio la escena más complicada, cuando hubo que anular la venta de gas entre las 18 y 23 horas en estaciones de servicio de la provincia de Buenos Aires.
 
Sucede que el 29 de junio Bolivia dejó de enviar hasta 11 millones de metros cúbicos, por lo que el equipo de Aranguren optó por privilegiar el consumo doméstico por sobre la demanda de los propietarios de vehículos.
 
"Es necesario que las industrias realicen el máximo esfuerzo de reducción de sus consumos, con el objetivo de preservar el abastecimiento a los hogares, hospitales y escuelas del país", informó el comité en cuestión a través de un comunicado.
 
"La merma en el envío de gas responde a problemas en un yacimiento del vecino país, a la necesidad de priorizar el abastecimiento a la República Federativa de Brasil y al propio mercado interno de Bolivia, ajustando las entregas a la Argentina", agregó.
 
Los contratos vigentes con Bolivia establecen que ese país debe entregar a la Argentina a razón de 20 millones de metros cúbicos diarios.
 
Sin embargo, en la cartera de Energía reconocen que la nación que comanda Evo Morales viene acotando los envíos desde el mes de mayo.
 
Para paliar dicho incumplimiento, el macrismo se vio obligado a recurrir a la posibilidad de importar el combustible directamente desde Chile.
 
Un inconveniente que subyace en esta alternativa tiene que ver con los acuerdos vigentes con la nación trasandina: el contrato establece un tope de transferencia de hasta 5 millones de metros cúbicos.
 
Fuentes cercanas a Aranguren reconocieron a iProfesional que el estado de situación sólo puede modificarse con un rápido despegue de la producción local.
 
Claro que esto esta posibilidad resulta sumamente lejana, si se tiene en cuenta la reducción de operaciones que las principales petroleras vienen llevando a cabo en cuencas como Vaca Muerta.
 
¿Se vienen más recortes de suministro para las estaciones de GNC? Díaz, de CECHA, pintó un panorama de incertidumbre: "Dependemos mucho del clima y de las importaciones. Cualquier interrupción en el flujo de importación repercutirá de modo directo en la oferta en las estaciones de servicio".
 
En su visión, la preocupación que existe en el sector no sólo responde a la posibilidad concreta de que el Gobierno recorte la entrega.
 
"El inconveniente es que no se informe con anticipación que no se podrá llevar a cabo la venta. Si las estaciones ya enfrentaban la suba de costos con pérdida de rentabilidad, una política de cortes en la entrega de gas, sin dudas, significará cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo", concluyó.
 
Medio de comunicación
Iprofesional

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