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Durante el invierno creamos un sistema de puntaje para determinar el riesgo por lote y clasificar los que se debían gestionar con más eficiencia, no sólo usando más agroquímicos sino aprovechando otras técnicas: manchoneo con mochila, sacar a mano las malezas y utilizar preemergentes para gramíneas o rastra de discos. Esto permitió decidir si se seguían alquilando campos en función del potencial de daño, y si era necesario trabajar de manera preventiva o realizar labores mecánicas en borduras.
 
Logramos bajar el riesgo. Usando la misma metodología, también pudimos prevenir yuyo colorado resistente y sorgo de alepo. Luego de esto vimos que 1) los lotes de suelos clase 6, 5 y 4 son más susceptibles a los problemas de malezas, por su menor capacidad de generar competencia con el cultivo; 2) a más dosis y diversidad de herbicidas las malezas siguen aumentando, por lo tanto no es una cuestión de más presupuesto, sino de conocimiento en el uso de distintas alternativas de manejo lote por lote y 3) trabajar junto los asesores, los contratistas, productores, sumado al apoyo estatal y del dueño de la tierra que tiene que participar de manera activa para mantener el valor de su propiedad.